Una marca no tiene por qué ser para siempre. Sobre todo la marca de un producto que suele cambiar su estética casi año tras año, como es el caso de los coches. Así, que desaparezca la marca Land Rover a nadie le debería suponer un problema. Si no se lo supone al propietario de la marca, que sería el principal perjudicado, ¿quiénes somos los demás para discutírselo? Lo cierto es que el actuar propietario de la marca, el gigantesco consorcio indio Tata Motors, ha decidido que Land Rover desaparezca, pero lo que no desaparecen son los coches que produce la fábrica, que pasarán a comercializarse como tres marcas independientes: Range Rover (la de más alta gama del consorcio, cuya nicho de mercado compite con Bentley, Rolls-Royce o Mercedes-Maybach, en la cúspide absoluta de la Creación Automovilística), Discovery (que pasaría a ser la marca de iniciación de la gama, su propuesta más familiar y polivalente) y Defender, marca para la que sus capacidades todoterreno son fundamentales, pero con una categoría de lujo ligeramente más asequible que el de Range Rover.
La de Land Rover ha sido una curiosa evolución: de marca para usos agrícolas que era en sus inicios –y respuesta británica a la hegemonía de los Jeep estadounidenses, que se dieron a conocer en Europa como poderosos vehículos militares, durante la Segunda Guerra Mundial– se fue convirtiendo en objeto de deseo de la pujante clase media de los años setenta y desembocó, finalmente, con el Range Rover, en vehículo de lujo absoluto: el coche con el que un british gentleman podría viajar desde su finca de caza y llegar con el coche completamente embarrado a las puertas de la Royal Opera House para asistir a una representación de “Tosca”. Con el característico humor inglés por bandera, se los llama “Chelsea tractors”, en referencia al caro y céntrico barrio londinense en el que viven grandes fortunas y se encuentran las principales embajadas interacionales.
Defender Eivissa y Defender OPTA
Las acciones de marketing para dar a conocer los cambios (para que nada cambie) ya han comenzado. Y para conocerlas viajamos en septiembre a Ibiza. En primer lugar, se ha fabricado una edición especial (y muy limitada: apenas seis unidades) de un Defender bautizado “Eivissa” que rinde homenaje la isla de Ibiza, que se pusieron a disposición de invitados especiales de Land Rover en un evento denominado “Destino Defender” que se celebró en Ibiza a lo largo de septiembre. Los invitados de Defender fueron hospedados en una villa particular con vistas superlativas al mar y se les agasajó con propuestas tan atractivas como música electrónica en directo a cargo de Sven Väth, Cristina Tosío e Indira Paganotto, clases de mixología con el austríaco Mario Hofferer y cenas a cargo del cocinero español Paco Roncero (dos estrellas Michelin) y e italiano Andrea Antonini (una estrella Michelin). La idea de crear sólo seis unidades del Defender Eivissa se debe a la primitiva colonia fenicia que se asentó en la isla y que relacionó el número seis con su dios, Bes, asociado a la protección, la fertilidad y el bienestar doméstico. Las seis unidades se reparten entre dos acabados, basados en las carrocerías 90 y 110, el Defender 90 Eivissa Noontide –inspirado en el cielo azul de la isla, con detalles y ruedas pintados de blanco para imitar las casas de la isla pitiusa– y el 110 Eivissa Sunrise –con acabado en pintura amarilla, combinado con llantas y detalles negros en lugar del blanco del Noontide–.
También exclusivo, aunque no tan limitado (es un vehículo de serie), y más espectacular, caro y lujoso, es el Defender OCTA, que asegura ser el modelo más resistente y de más altas prestaciones de la marca. Diseñado para brillar en la ciudad al tiempo que es sobradamente capaz fuera del asfalto, el OCTA es el epítome del lujo robusto. Se ha elevado la altura del nuevo vehículo, se ha ensanchado y se han ampliado los pasos de rueda y se han rediseñado los parachoques para mejorar los ángulos de ataque y salida, mientras que la robusta protección de grafito de los bajos da confianza al explorar terrenos abruptos.
El interior también se ha rediseñado meticulosamente para aumentar el confort y la funcionalidad, con los nuevos asientos Performance de la marca, que ofrecen unos refuerzos más firmes y reposacabezas integrados para los ocupantes de los asientos delanteros. Bajo el capó, el Defender OCTA cuenta con un motor V8 híbrido Twin Turbo de 4,4 litros que produce 626 CV, con 750 Nm de par motor, que le permite pasar de 0 a 100 km/h en 4,0 segundos. Potencia y estética envueltas en un paquete emocionante. La suspensión inteligente cuenta con el sistema 6D Dynamics con control de cabeceo y balanceo y un chasis muy renovado diseñado para ofrecer el mejor rendimiento en una amplia gama de superficies y condiciones. El toque final que redondea esta nueva y espectacular oferta de Defender son los nuevos y exclusivos acabados metalizados premium, el cobre Petra y el verde Faroe (este último y los detalles de fibra de carbono picada están disponibles exclusivamente en el Defender OCTA Edition One), o los grises Carpathian y Charente. Todos los modelos Defender OCTA incorporan un techo y un portón trasero de contraste en negro Narvik brillante.