La fascinación por cómo huele la piel secada por el sol después de un baño en el mar, es lo que llevó a Carlos Huber a imaginar la nueva historia olfativa de Arquiste, Sydney Rock Pool (170 €; 100 ml), la más contemporánea de la colección.
Un destino: Australia; un lugar: las piscinas oceánicas talladas en las rocas de la costa de Sídney; un sentimiento: el estilo de vida oceánico, el olor a crema de coco, la salobridad del mar sobre la piel… Un moodboard muy hedonista que llevó a Rodrigo Félix-Roix, el perfumista, a utilizar acorde salado y mineral, coco, algas, sándalo, jazmín, frangipani, ambermax y Driftwood, un matiz de maderas secas que recuerda a los troncos arrastrados por el agua. Puro placer.