Sagrado y profano
Hay una tendencia clara a expresar el equilibrio entre claridad y oscuridad. Las diferentes facetas de la naturaleza, de lo celestial, pero también lo mundanal. Bosques sagrados y misteriosos, árboles curativos, el misticismo de las ofrendas a deidades o el misterio de los ritos paganos, están más presentes que nunca en la industria de la belleza que se sirve de ingredientes, antaño venerados, como el incienso, la mirra, el copal o el palo santo, para ofrecer la posibilidad de experimentar con las sensaciones, con la magia del misterio, lo oscuro y lo divino, lo sagrado y lo profano.
Acqua Santa de Linari (149 €, 100 ml.) interpreta olfativamente la cristalina agua bendita. Y lo hace gracias a su acorde de salida a base de beramota siciliana, un instante efervescente que inunda de luz divina.
Sagrado y profano
Eau Sacrée de Heeley –extracto de perfume– (147 €, 50 ml) nos transporta a un ceremonial religioso donde el incienso perfuma, purifica y hechiza. Incienso, Olíbano, Frankincense… Múltiples variedades de uno de los ingredientes con mayores cualidades sagradas y espirituales, utilizado por su poder evocador, para liberar la mente de asuntos terrenales y elevar el espíritu a un estado superior. “Un extracto de serenidad para la limpieza del alma”, según lo describe la marca, un jugo a base de incienso, mirra, pachuli, ambar y especias.
Sagrado y profano
Botafumeiro de Carner Barcelona (95 €, 100 ml), rememora las raíces culturales y sagradas del Viejo Continente. Un perfume de tiempos lejanos que homenajea a los fieles que viajaban a pie por el camino pastoral para encontrarse con la tumba del Apóstol Santiago, donde el incensario botafumeiro hacía su recorrido pendular para emanar oleadas de humo perfumado con aroma celestial. Especias, incienso y sándalo hacen de esta fragancia un aroma divino.
Sagrado y profano
Eleventh Hour de Byredo (170 €, 100 ml) explora el olor de lo finito sumiéndonos en un viaje al final de los tiempos, un apocalipsis olfativo que nos obliga a recapacitar sobre la unión entre hombre y Cosmos. La nota de Ban-Timmur, la pimienta Sichuán, nos traslada a Nepal, el último refugio de la Tierra.
Sagrado y profano
Sacred Trinity Rescue Serum de Lepaar, un aceite curativo elaborado a mano en el remoto Kangaroo Valley (Australia), que va mucho más allá de un simple cosmético. Sus ingredientes, de cultivo biodinámico, están infusionados con la luz solar y recargados con la energía lunar, como hacían antiguamente los espagíricos. Lo más peculiar de este serum en aceite de absorción ultra rápida envasado en un práctico formato roll-on, es su mezcla de ingredientes sagrados utilizados en los antiguos ungüentos y rituales de embalsamamiento para preservar la integridad del cuerpo. Una sinfonía de activos de propiedades épicas, como la mirra, utilizada desde los albores de los tiempos como potente rejuvenecedor de la piel y cicatrizante de heridas, y tres tipos de incienso: Frereana (antiinflamatorio, antibacteriano y analgésico, reafirma, restaura y repara el daño), Sacra (considerada la esencia más extraordinaria del mundo), y Carteri. Esta combinación mejora la microcirculación, evita la degradación del colágeno y nos realinea energéticamente. En el lado pagano está el muérdago, planta mágica con muchas leyendas, druidas y brujas la utilizaban en sus ritos y conjuros, pero también se considera medicinal por sus cualidades cardiotónicas.
Sagrado y profano
Moist Relief de Sepai (62 €) es una mascarilla facial en gel con muérdago entre sus ingredientes que calma y mejora la respuesta natural de la piel frente a la inflamación. Y no hay nada que vincule más a la tierra que las maderas. El Cedro simboliza la inmortalidad; el Ciprés, considerado árbol sagrado por muchas culturas cuya copa se elevada hacia el cielo y sus raíces descienden hacia el centro de la Tierra (el inframundo), representa la conexión entre la muerte y la eternidad; y la esencia de vetiver, se utilizaba para neutralizar hechizos y nutrir el espíritu.
Sagrado y profano
Wood Essence de Bulgari Man (c.p.v.), un jugo que nos invita a desconectar para reconectar con nuestras raíces.
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