Lifestyle

Del Mandarin al cielo

Epítome del lujo. Así han descrito a este galardonado spa, considerado uno de los mejores de la ciudad de Nueva York (digamos que no tiene rival como spa urbano), un entorno zen en medio de Columbus Circle frontera con Central Park que te hace sentir como si flotaras entre las nubes que zigzaguean las cimas del skyline. ¿Sus méritos? Esa sofisticación serena de su estética y unos servicios que rozan la perfección técnica siempre a medida de las necesidades de cada uno. Todo ritual comienza en la zona de aguas y calor que incluye una sala de vapor con una gran geoda de cuarzo amatista presidiendo la estancia, y no por mera decoración; esta poderosa gema ha sido y es venerada por sus propiedades energéticas y espirituales (dicen que el violeta transmuta lo negativo en positivo).

Pero yendo a lo profano, su completo menú spa destaca por su tino: no solo se centran en masajes relajantes de corte asiático, sino en técnicas terapéuticas que van más allá de un simple amasamiento zen. Por ejemplo: Digital Wellness Escape, un protocolo que pone el foco en cabeza, ojos, cuello, hombros, manos y pies, para liberar tensiones y el estrés que ocasiona estar permanentemente conectados a dispositivos digitales. Con Jet Lag Cure te relajarás o revitalizarás (según tus pretensiones) después de un largo viaje con un protocolo especial diseñado a tu medida.

Pero quien busque una inmersión en toda regla, Gentleman’s Retreat le ofrece una desconexión de dos horas y media con exfoliación corporal, masaje terapéutico y tratamiento facial que incluye exfoliación enzimática para eliminar células muertas y prevenir esos pelillos enquistados culpa del rasurado, además de lograr que las vitaminas, los minerales, péptidos y extractos botánicos que vienen después, penetren con facilidad. La experiencia termina en el Oriental Tea Lounge, el espacio colofón para relajarte mientras degustas una infusión que completa los beneficios de tu ritual.