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Armonía, calidad y renovación en la cocina

Hacer un alto en la jornada –ya sea al mediodía o al anochecer– y dejar de pasear por las estrechas calles del centro histórico de Toledo para adentrarse en este mítico restaurante, se convierte en toda una experiencia de los sentidos… Especialmente de aquellos que enriquecen el paladar. Ubicado sobre una casa mudéjar, sus artesonados y la decoración de los salones invitan a la contemplación.

Adolfo Muñoz, alma mater del restaurante, lleva más de 40 años dedicado a los fogones, aunando con enorme maestría sus conocimientos más tradicionales de la cocina castellano-manchega con el espíritu rompedor e innovador que gusta de imprimir a sus platos. El buen hacer y respeto a las legumbres, las carnes, la caza o las verduras autóctonas se transmite en cada receta.

En su menú, donde reinan los productos locales y de temporada, destacan la perdiz roja en diferentes texturas, el hígado de pato con verduras crujientes, el jarrete y babilla de cordero lechal o la oreja de lechón con infusión de arándanos y granadilla. Los productos del mar también tienen cabida: esta temporada sobresalen el bacalao, el carpaccio de langostinos y los chipirones con cebolla roja y mahonesa de manzana.

En Restaurante Adolfo se respira el ambiente de los grandes restaurantes y, en los platos, el aroma familiar de la más noble tradición culinaria.

Mención destacada merece su bodega que, ubicada en una antigua cava judía, cuenta con más de 25.000 botellas y cerca de 3.000 referencias de todo el mundo. Su tinto Pago del Ama (variedad pinot noir) se convierte en el perfecto maridaje para una comida que no olvida los clásicos postres de la tierra (mazapán o torrija) ni las combinaciones más sorprendentes. Si además de turismo, también busca hacer negocios en la capital toledana, no lo dude, este es el sitio adecuado para cerrarlos y brindar por un apetitoso futuro