Ver un coche en Venecia es algo tan insólito como ver a Superman volando, pero es precisamente ese efecto simbólico el que busca Lexus: perteneciente al grupo Toyota, del que es su marca premium. Lexus nació en 1989, hace ya 35 años, y desde el principio optó por distinguirse de todos los restantes coches del mercado en su categoría. Cuando la fiabilidad de los motores, la robustez de las carrocerías, la calidad de acabados, la belleza de líneas y la elegancia del conjunto pueden ser más o menos equiparables entre los coches de alta gama de los principales fabricantes del mundo, distinguirse entre todos ellos sólo se consigue con ese “je ne sais quoi” que, en el caso de Lexus, pasa por situarse en un terreno diferente y propio: el de las marcas de lo que se entiende como “estilo de vida”. De ahí viene la extraordinaria implicación de Lexus en todo lo que tiene que ver con el diseño, el arte, la alta gastronomía, el mobiliario de lujo y lo que en inglés se define como “high brow culture”: la alta cultura. Lexus no compite con mecánicas ni prestaciones, porque está, si no por delante, a la par de cualquier otra marca: una aceleración de una décima de segundo más o menos no lleva a ninguna parte, pero que Lexus se asocie con nombres emblemáticos de otros ámbitos (como la cadena hotelera Four Seasons, los muebles de Roche Bobois o la propia Mostra de Venecia) no está al alcance de todos…
Lexus ha sido, por octavo año consecutivo, vehículo oficial de la Mostra de Venecia, que este año ha cumplido su octogésimo primera edición. Que una flota de la gama más actual de coches electrificados Lexus recorra los últimos metros transportando a actores, directores y jurados hasta la alfombra roja del festival, en una ciudad formada por 118 islas e islotes situados en una laguna abierta al mar Adriático –y en la que NO hay coches de ningún tipo– es una experiencia casi surrealista. Sin embargo, ni Tim Burton, ni Monica Bellucci, ni Cate Blanchett, ni Willem Dafoe, ni Sigourney Weaver, ni Winona Ryder, ni Isabelle Huppert, ni Michael Keaton, ni George Clooney, ni Brad Pitt, ni Lady Gaga, ni Joaquin Phoenix, ni Kevin Costner, ni la actriz italiana Sveva Alviti, madrina de esta edición del certamen cinematográfico, por muy actores y actrices de primera fila que sean, pudieron llegar a la alfombra roja a bordo del fabuloso prototipo LF-ZL, el futuro sedán 100% eléctrico de Lexus que sí se pudo ver frente a la entrada principal del Palazzo del Cinema del Lido. Presentado en la pasada edición del Salón de la Movilidad de Japón, el coche se lanzará en 2026 provisto de unas baterías completamente revolucionarias que duplicarán la autonomía que alcanzan hasta el momento los vehículos eléctricos de Lexus. Pero para entonces, cabe dentro de lo posible que ese año las estrellas más rutilantes del cine internacional no se limiten a recorrer unos pocos metros a bordo de un coche de lujo, sino que lleguen al Hotel Excelsior del Lido de Venecia en el fabuloso yate de lujo LY680 de Lexus, presentado a los medios esta pasada primavera… pero esa es otra historia. Tan lujosa como esta, pero distinta.