El creador de éxitos como Física o Química y Élite, Carlos Montero, produce de la mano de Netflix el nuevo drama hospitalario de la ficción española. Una trama que nos ubica en el hospital Joaquín Sorolla, en Valencia, que se encuentra en los primeros estadios de una huelga general para pedir mejoras para la Sanidad pública, mientras la presidenta de la comunidad –una política liberal– es ingresada en el centro. Este es el punto de inicio en el que nos coloca Montero.
Una serie que nace, en palabras de su creador, desde los conflictos y desde los dilemas, “me gustaría creer que mi manera de afrontar las historias, los temas y la creación de personajes es siempre muy frontal”. Que se la puede relacionar con Hospital Central, la mítica serie de televisión que terminó en 2012, pero nos cuenta: “había un hueco, porque llevábamos un tiempo sin una ficción hospitalaria. Entonces me he sentido muy tranquilo y bastante libre a la hora de crear. El universo del hospital da pie a todo tipo de cosas. Cabe todo».
En esta ocasión para dar vida a los personajes ha contado con un plantel de lujo. Najwa Nimri, Aitana Sánchez Gijón, Blanca Suárez, Manu Ríos, Borja Luna, Alfonso Bassave, entre otros, se meten en la piel de cirujanos, médicos, directores del hospital y hasta políticos. Un cocktail que da a la historia un ritmo ágil y que, como aconseja el nombre de la serie, obliga a respirar.
La directora de Ficción de Netflix en España y responsable de Respira, Verónica Fernández, nos revela que “desde guionista he sido muy fan del género hospitalario, que siempre ha dado grandes series”. Para ella, “un hospital está lleno de drama, de alegría. Está lleno de todas las cosas que alimentan la ficción. Todas las cadenas deberían tener un drama hospitalario, porque creo que a la gente le encanta”.
Montero ha visto como en esta segunda aventura con Netflix, tras Élite, la compañía ponía al servicio de la ficción un set nunca visto de 1.700 metros cuadrados y situado en el centro de producción y posproducción que el servicio de streaming tiene en Tres Cantos (Madrid). Tal y como cuenta a Forbes, “tener a un aliado como Netflix –un vehículo que llega a 190 países el mismo día– que confía en ti, que te da el presupuesto que necesitas, que te deja hacer dos plantas de un hospital… Yo solo veo ventajas. Es decir, soy un conductor de un bólido, pero ese bólido no es mío. Ese bólido es Netflix”.
Verónica Fernández nos cuenta como comenzó todo esto: “Carlos nos dijo que quería hacer algo en un hospital, tenía muy claro desde dónde quería narrarlo, y le dije, ‘vamos adelante”. Confiesa que cree mucho en la escritura de Montero y de Carlos Ruano, “han hecho una cosa espectacular. El tipo de formato ha evolucionado con respecto a Hospital Central”, ficción en la que ella misma fue guionista, “tenemos más libertad para contar historias, podemos irnos a exteriores e interiores. Creo que la ficción ha evolucionado. Pero sí que entronca con estas grandes series que han durado tanto tiempo en la televisión”. Y remata, “yo me atrevo a decir que va a conectar con muchísima audiencia”. Para Fernández, que la serie haya podido ser producida en un centro tan excepcional como el de Tres Cantos “es un símbolo de la puesta firme que Netflix hace en España”. Y prosigue, “Netflix hace una inversión en España clarísima. Encuentra talento, tanto creativo como técnico, que permite que esto exista. [El hub] es un salto importantísimo, porque ya no sólo son platós para rodar, sino que quieres que sean los mejores, y también quieres que el centro de postproducción sea lo mejor”. Algo, que asegura, les empuja “a que seamos una referencia en la innovación”.
Un plató como en el que se ha rodado Respira y donde Carlos Bodelón, diseñador de producción, ha creado dos plantas con quirófanos, zonas de triaje, salas de espera, dormitorios para las guardias de los sanitarios… convierten al hospital en “un personaje más de la serie”, según la directora de Ficción. “Lo que permite este centro es estar mucho tiempo grabando en plató y eso hace que los planes de rodaje sean más eficaces. Mucho más ágiles. Te permite que no tengamos límite para contar historias”, asevera.