1. Trabajas en lo que te gusta
Con esfuerzo e intentándolo una y otra vez has conseguido formar parte de un negocio en el que te sientes realizado. Gracias a él has ampliado tus conocimientos y te ves capacitado para afrontar nuevos retos. Digamos que te sientes valorado en el desarrollo de tus funciones y te motiva lo que haces. Si lo que amabas se ha convertido en un deber, algo falla.
2. Compartes tus logros
Tu vida social está llena de amigos y familiares que apoyan tus decisiones y te aconsejan cuando lo creen necesario. Es importante contar con personas con las que compartir éxitos y aprender de los fracasos. Si te rodeas de conocidos que saben hacerte críticas constructivas en momentos difíciles, así como felicitarte en tus triunfos, siéntete privilegiado.
3. Sigues intentando crecer
No te das por vencido y ni te acomodas a tu situación actual. Buscas incrementar tus experiencias y no tienes miedo a los cambios. Esto conlleva que tengas inquietudes que favorecen tu forma de enfrentarte a la vida, tanto en el trabajo como fuera de el.
4. Tienes tiempo para ti
Es importante que vivas la vida siendo tú el protagonista de ella. Tienes que buscar tiempo para disfrutar con tus aficiones, relajarte o viajar. Es cuestión de administrar tu tiempo de trabajo y encontrar el momento adecuado para dedicártelo a ti mismo. En el calendario que has creado hay espacio para el trabajo y para el ocio.
5. Tu actitud es positiva
Intentas mirar la vida quedándote con las cosas positivas que te cruzas en tu camino. Haces lo posible por intentar solucionar los problemas sin dejar que afecten a tu día a día. Prefieres darte una nueva oportunidad a rechazar algo por miedo a equivocarte. La negatividad no tiene cabida en tu vida. Ser positivo y enfrentarte a la vida así es un requisito imprescindible para que tu vida gire en torno a la perfección.