1. Aprende a decir “no”
Muchas veces podemos sentirnos incómodos o enfadados porque hemos dicho “sí” a algo que realmente no nos apetecía para nada. Decir no es complicado, sobre todo cuando la persona que te propone o pide algo, te importa. Pero también tienes que pensar en ti mismo y valorar qué es lo que va a hacerte más feliz. Aprende a decir “no” de vez en cuando.
2. Desconecta de las redes sociales
Las redes sociales son un punto más de nuestra negatividad y enfado en el día a día. Pasamos la vida pendientes de qué sucede en nuestro entorno a través de las redes, vemos fotos que quizás no nos gustan o comentarios que pueden llevar a error o a malinterpretaciones. Desconecta, si no totalmente, sí de forma parcial de este foco de negatividad. Aparta las redes y cualquier tipo de tecnología de tu lado al menos una o dos horas diarias. Lo vas a notar.
3. Quiérete y piensa más en ti mismo
Pensar en los demás es estupendo y, por supuesto, necesario. Pero también tienes que quererte mucho a ti mismo, pensar en tu bienestar y en las cosas que te hacen feliz. Apúntate a cosas que te motiven, haz más cosas que te hagan feliz, dedícate un rato cada día…
4. Intenta buscar el lado positivo de las cosas
Todos tenemos problemas, pero la mayoría de las cosas que nos suceden en la vida tienen solución y dependen muchísimo de la forma en que las afrontamos. Hay que intentar ver siempre el lado bueno de las cosas, una parte positiva. O si no al menos afrontarlas y asumirlas tal y como vienen.
5. Aléjate de la “gente tóxica”
A nuestro alrededor siempre hay personas que nos contagian su negatividad: personas que se quejan por todo (hasta sin motivo), personas a las que les gusta discutir por cualquier cosa o personas que, simplemente, nos hacen la vida más complicada. Pues bien, aléjate en la medida de lo posible de todas aquellas personas que te transmiten todas esas cosas malas; y rodéate de personas que te aporten cosas buenas: positividad, energía y optimismo.