1. Volverás más positivo
Irte de vacaciones te proporciona una dosis de optimismo y vitalidad gracias al descanso y la desconexión. Cuando vuelvas a tu empresa lo harás con fuerzas renovadas y con ganas de comerte el mundo. Tu trabajo será mucho más eficiente, profesional y cuidadoso que antes de irte.
2. Te permite ver qué funciona mal
Cuando te alejas del lugar donde estás metido durante horas, día tras día, comienzas a ver las cosas con otra perspectiva. Gracias a esto te darás cuenta de qué funciona bien, y sobre todo, qué funciona mal. Así cuando vuelvas a tu puesto podrás solucionar todo con energía y ganas.
3. Es una tregua para tu mente
Estar continuamente pendiente del email, el teléfono, los mensajes, de próximas reuniones, etc., desgasta muchísimo sobre todo mentalmente. Las vacaciones son necesarias para relajarte, desconectar y darle un pequeño “break” a tu cerebro. Cuando está saturado continuamente no funciona igual y tu trabajo puede verse resentido hasta tal punto que puedes tener serios problemas en tu empresa.
4. Si no lo haces, puedes arrepentirte
Muchas personas se sienten tan implicadas en su trabajo que van posponiendo sus vacaciones cada vez más y más. Si es ese tu caso debes saber que cuanto más pospongas ese necesario descanso, peor te irá en el trabajo y sobre todo, peor te irás encontrarás de salud, hasta que incluso puedas caer enfermo. Aunque sea una pequeña escapada de unos días, necesitas esa desconexión y ese relax.