1. Imagínatelo
La imaginación siempre es una buena aliada cuando tenemos que acordarnos de algo. El truco está en recrear en tu mente una acción que tenga algún vínculo con lo que tienes que memorizar. Ya no sólo imaginarte a ti mismo realizando la acción, sino todas las sensaciones que te rodean.

2. Divide la información a tu gusto
No siempre que tengamos que aprendernos algo difícil tenemos que hacerlo de una vez. De hecho, si dividimos la información conforme a lo que nos vayamos acordando o lo que nos cueste más, podemos facilitar a nuestra memoria que se acuerde posteriormente. Por ejemplo, si tienes que aprenderte un párrafo de 10 líneas, nos resultará más fácil poder separarlo en grupos de 2 líneas y memorizarlos uno a uno.

3. Recuerda el contexto
¿Cuántas veces te ha pasado que estás escuchando una canción y te recuerda a alguien o a algún momento vivido? Suele ocurrir sencillamente porque la mente asocia los momentos con el contexto (quién se encontraba con nosotros, cómo nos sentíamos…etc.). Por ello, a la hora de tener que memorizar algo, siempre es más fácil que pienses en el contexto en el que encontrabas.

4. Crea un vínculo entre la información nueva y lo que ya sabías
Una de las maneras más sencillas de ejercitar nuestra memoria es creando una unión entre lo que tenemos que aprendernos y lo que sabíamos de antes. Por ejemplo, si tienes que acordarte de una fecha, intenta pensar si algún familiar o conocido cumple años en esa misma fecha o si tuviste algún acontecimiento cercano.

5. Inventa tus propias palabras
Esta conocida técnica (especialmente por parte de los estudiantes) te permite memorizar una larga lista de palabras aprendiéndote tan sólo la inicial de cada una. Si por ejemplo tenemos que aprendernos 7 palabras, cogemos las 7 iniciales y creamos una nueva palabra con ellas. Así cuando tengamos que acordarnos, pensamos en la palabra inventada y con las iniciales nos es más fácil deducir el resto del mensaje.