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Tim Howell, ante el salto base definitivo: así es el récord que quiere batir

El escalador y paracaidista británico Tim Howell se dispone a batir el récord mundial del salto BASE con traje de alas más alto de la historia, saltando desde una cresta del Lhotse, a 8.100 metros de altura sobre el nivel del mar.

Excomando de los Royal Marines y veterano de Afganistán, escalador, alpinista, esquiador y paracaidista, Tim Howell (Chichester, Inglaterra, 1989) es conocido, sobre todo, por sus enormes hazañas dentro de los dos más peligrosos deportes aéreos, el salto BASE y el paracaidismo con traje de alas. Y ahora se dispone a realizar la que puede considerarse la hazaña definitiva: realizar el salto BASE con traje de alas más alto de la historia. Su punto de salida se encontrará a 8.100 metros sobre el nivel del mar, en la cresta del Lhotse, la cuarta montaña más alta de la Tierra. Con su salto pretende superar el récord actual –de 7.700 m, establecido por el fallecido saltador ruso Valerei Rozov en 2016 en el Cho Oyu– y superar su propio salto más alto de 6.000 m, en el Aconcagua.

A todo esto… ¿Qué es el salto BASE? Al contrario que en el paracaidismo tradicional, en el que el salto se realiza desde una avioneta, este deporte extremo consiste en saltar desde puntos fijos. Sus siglas, tomadas del inglés, hacen referencias a edificios (B, de “building”), antenas (A, de “antenna”, aunque también se consideran como “tales” chimeneas y torres de tendido eléctrico), puentes o viaductos (S, de “span”) y cualquier punto fijo de la superficie terrestre (E, de “Earth”), tales como riscos, acantilados o, como es el caso, montañas. ¿Y qué es el traje de alas o, como se le conoce en inglés, el “wingsuit”? Si en el paracaidismo tradicional se puede saltar hasta en pantalón corto y camiseta, en el paracaidismo extremo se emplea un traje aerodinámico, compuesto de sendas membranas que unen los brazos al tronco y otra más entre las piernas, de forma que al extenderse las extremidades forma superficie muy amplia que permite maniobrar y aumentar espectacularmente la velocidad de desplazamiento horizontal de la caída mientras que la vertical disminuye. Si en el paracaidismo tradicional el aterrizaje se produce casi en la vertical del salto, en el paracaidismo con traje de alas se puede, a modo de ejemplo, saltar en avioneta desde un punto vertical de Marruecos y cruzar volando los 14,5 kilómetros del estrecho de Gibraltar hasta aterrizar en la costa española, como hizo el fallecido Álvaro Bultó en 2005…

Un reto mayúsculo

La expedición ya está en marcha, patrocinada por la empresa británica de ropa de montaña Jöttnar, de cuyo equipo de deportistas Jöttnar Pro Team forma parte como embajador. Su trayectoria en el ámbito del salto BASE está sembrada de grandes hitos, pese a que tan sólo hace once años que debutó en el salto BASE con un salto en Francia. 

En una entrevista publicada en The Telegraph en 2019, Howell recordaba de donde le vino la afición: «Estábamos en una gran pared en Italia, acampados en un pequeño saliente, cuando nos despertaron a las 5 de la mañana unos paracaidistas volando a 200 km/h –contaba–. En los Dolomitas se ven muchos saltadores. Ayudé a alguien a llegar a un punto de salida y supongo que después de escalar en esos lugares increíbles, [convertirme en saltador base] fue consecuencia de aquello».

En 2022, Tim se convirtió en la primera persona en escalar y luego hacer salto BASE en las seis caras norte clásicas de los Alpes: los Grandes Jorasses, Cervino, Eiger, Cima Grande di Lavaredo, Petit Dru y Piz Badile. Tim ha escalado desde el Círculo Polar Ártico hasta el Himalaya, registrando más de 1.100 saltos (una media de 100 al año), en puntos tan emblemáticos como el Half Dome del Parque Nacional de Yosemite; el Trident du Tacul del macizo del Mont Blanc, el Gran Cañón o la Montaña de la Mesa, en la República Sudafricana (donde le pidió matrimonio a su novia, la polaca Ewa Kalisiewicz, que también practica la escalada y el paracaidismo con traje de alas y a la que conoció hace diez años en Madrid, curiosamente, donde ella era instructora de salto BASE y paracaidismo con traje de alas, y, después de que ella le diera el «sí», la pareja saltó desde la famosa montaña con forma de mesa situada frente a Ciudad del Cabo). Howell, además, quedará ya para la historia como la primera persona que ha realizado saltos BASE desde el Aconcagua y el monte Kenia. 

Pero ahora el reto mayúsculo. Según se puede leer en la página web de Jöttnar, no hay un punto para saltar más alto en la Tierra, ya que para el impulso de salida inicial se requieren unas características de terreno muy particulares para la presurización del traje de alas. Con una diferencia de altura de 4.000 m entre el punto de salida y el de aterrizaje, y los once kilómetros de distancia horizontal que recorrerá en su caída, este será también, con casi total seguridad, el salto BASE con traje de alas más largo del mundo (el citado salto de Álvaro Bultó de 2005 se produjo saltando a gran altura desde una avioneta).

La semana que viene

El intento se va a producir en una fecha no determinada de este mismo mes de mayo, quizá la semana próxima. Howell espera alcanzar la cumbre de 8.516 metros, cruzar hasta el borde de la cara sur del Lhotse y saltar desde ahí al vacío, lanzándose de cabeza al abismo, con los brazos estirados hacia atrás, hasta alcanzar una velocidad de poco más de 230 km/hora. A esa velocidad, y teniendo en cuenta que aterrizará en un punto del valle de Khumbu situado a unos 3.300 metros sobre el nivel del mar, el vuelo durará apenas tres minutos. 

La mayoría de los saltos base con traje de alas se realizan normalmente desde puntos de salida en montañas de hasta 4.000 metros de altitud, y sólo unos pocos saltadores, entre los que se encuentra el inglés, lo han hecho alguna vez desde más alto. 

Pero nadie ha realizado nunca un salto base desde más de 8.000 metros y no se sabe cómo afectará la altitud y la escasa densidad del aire al rendimiento del traje de alas de Howell: estos trajes especiales tienen aberturas que se llenan de aire y favorecen la estabilidad de vuelo, pero a esa altitud el traje tardará más tiempo en presurizarse. La cara sur del Lhotse es una enorme caída vertical, pero hasta que Howell no se sitúe al borde del abismo no sabrá el ángulo exacto de caída la pared. Lo único cierto es que, una vez en el aire, deberá permanecer absolutamente concentrado. En el salto con traje de alas hasta el más mínimo movimiento de la cabeza a izquierda y derecha puede influir en el vuelo, por la forma en que el flujo de aire pasa por encima de las alas. Eso fue, por ejemplo, lo que le pasó al famoso cocinero Darío Barrio, fallecido el 6 de junio de 2014 en la sierra jienense, durante un homenaje a Álvaro Bultó, fallecido meses antes durante un salto en los Alpes.

A favor de Howell juega que en este salto no va a buscar el límite (atravesar en vuelo agujeros en la montaña o “rascar” la superficie durante el descenso: el llamado “vuelo de proximidad”), teniendo en cuenta que ya es suficiente “límite” hacerlo a esa altura y sin conocer de antemano el comportamiento del traje a esa altitud.

Para el salto del Lhotse, los preparativos de Howell han incluido, como se puede leer en un artículo publicado en el Financial Times, un reconocimiento de la montaña en helicóptero el pasado mes de noviembre, la cartografía tridimensional de la cara sur y cálculos detallados de sus tasas de caída libre y planeo probables.  A principios de mayo, como se puede ver en la cuenta de Instagram de su esposa, Ewa, se encontraban aclimatándose a 6.165 metros de altura. En el recorrido hacia el campamento base, Howell y su equipo pasaron junto a un monumento en memoria de Rozov, a quien Howell llegó a conocer. El saltador británico explicaba al periodista Tom Wilson que él no habría realizado el salto desde el Ama Dablam que resultó fatal para el ruso. Las condiciones del día eran difíciles y la salida «muy técnica», lo que significaba que el arco de salida era comparativamente corto y dejaba poco margen de error. «Ese tipo de salto no es para mí», afirma Howell. 

El equipo tiene previsto intentar el salto en las fechas alrededor del 18 de mayo. Si las condiciones meteorológicas lo permiten, Howell se quitará uno de los dos trajes de plumón que llevará para el ascenso y se pondrá el traje de alas ultraligero, modificado específicamente para el salto. Se quitará la máscara de oxígeno y se situará al borde del abismo dispuesto a realizar el salto base definitivo.