Pasan las horas y haces varios intentos para dormir, pero aún así no lo consigues, o amaneces agotado porque a lo largo de la noche te has despertado en varias ocasiones… El insomnio es uno de los trastornos de sueño que cada vez está más presente en el día a día de la población global.
Las principales razones son el ritmo acelerado de vida y el estrés que esto conlleva para la persona, un factor que puede derivar en problemas anímicos y de salud que hay que tener en cuenta porque pueden llegar a ser alarmantes. El descanso resulta esencial para regenerar los órganos vitales y renovar la energía de nuestro cuerpo.
La solución a estos problemas de sueño pasa por adoptar determinados hábitos con los que, además de dormir con mayor facilidad, podrás descansar mejor y mantener en equilibrio tu vida. Uno de ellos es optar por una cena ligera y evitar alimentos como carne, refrescos, chocolate y café después de las 19:00h, ya que alteran el ciclo del sueño. Así, es mejor comer verduras e ingerir té caliente o leche tibia debido al efecto de relajación que producen.
Otra forma de mejorar la rutina de sueño es escribir los pensamientos que no te dejan dormir. Minutos antes de tratar de dormir, permítete plasmar en una hoja tus preocupaciones de una manera que te permita encontrar alternativas para resolverlas y liberar las presiones internas. También ayuda la meditación, ya que una de las más técnicas más sencillas para conciliar el sueño consiste en concentrarte en el flujo de tu respiración y canalizar tus pensamientos hacia ello, dejando de lado todo lo que está en tu mente y en el exterior.
Uno de los hábitos más importantes es, sin duda, establecer un horario regular para dormir. Procura acostarte y levantarte cada día a la misma hora y seguir un ritmo de descanso adecuado. Lo más importante es evitar ver la televisión, usar el ordenador o el móvil horas antes de irte a dormir.