1. Reflexiona antes de hablar
Quizás algunas personas excesivamente extrovertidas pequen de hablar sin pensar en ocasiones lo que están diciendo. Muchas veces eso puede ser un gran error, y si es tu caso sabrás que puedes arrepentirte de lo que acabas de soltar. Por eso reflexiona antes de hablar y soltar lo primero que se te venga a la cabeza.
2. Pasa tiempo en soledad
Aprender a disfrutar de uno mismo y de pasar ratos solo, tiene muchísimas ventajas. No siempre estar rodeado de gente implica sentirse acompañado. Debes empezar por “soportarte” a ti mismo para comenzar a relacionarte con los demás.
3. Reduce las distracciones en el trabajo
Las personas introvertidas no necesitan hablar continuamente en el trabajo o preguntar “cada dos por tres” por asuntos a los compañeros. No quiere decir que no te relaciones, si no que aprendas a limitar esa charlatanería en horas de oficina. Te concentrarás mucho mejor en ti mismo y en tu trabajo.
4. Escucha más de lo que hablas
A veces algunas personas extrovertidas pecan de un excesivo egocentrismo hablando continuamente sin escuchar al resto de personas que tienen a su alrededor. Si ese es tu caso, echa el freno y párate a oír lo que el resto de la gente tiene que decir. Aprenderás mucho más que si sigues hablando sin parar.