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¿Tienes adicción a las redes sociales?

En los tiempos que corren para nadie es una sorpresa las facilidades que el desarrollo de la tecnología ha traído a nuestras vidas. La inmediatez en la comunicación, la posibilidad de crear y enviar contenido multimedia cada vez de mayor calidad o la facilidad para estar conectados en cualquier lugar y a cualquier momento son algunos de los innumerables beneficios de los que gozamos gracias a las nuevas tecnologías, los smartphones e Internet.

Lo que muchas veces no tenemos muy en cuenta es que, esta sobrecarga de tecnología se nos puede volver en nuestra contra llegando incluso a producirnos riesgos sociales y psicológicos, como al adicción al teléfono móvil o nomofobia o ataques de ansiedad ante la pérdida de Internet, cobertura o del propio dispositivo.

Como casi todo en la vida, la tecnología y las redes sociales son una herramienta extraordinaria si sabemos cuánto y cómo utilizarlo. En el momento en el que dejamos de controlar el uso de la  tecnología y es la tecnología la que nos controla a nosotros, deberíamos ponernos en estado de alerta y comenzar a combatir esa adicción para evitar que llegue a trastornos mayores.

Si haces un uso excesivo de las redes sociales y te preocupa ser adicto, te contamos los comportamientos propios de estos para consigas identificar si eres adicto o simplemente aficionado.

  • Cada mañana, lo primero que haces tras apagar el despertador e incluso antes de ponerte en pie es revisar y actualizar tus redes sociales desde tu Smartphone.
  • A pesar de estar reunido con otras personas, no puedes evitar de vez en cuando aislarte de la conversación para consultar las redes sociales.
  • Sientes necesidad de fotografiar o grabar tu día a día y compartirlo en redes sociales.
  • Sientes frustración si tus publicaciones no alcanzan todo el tráfico o repercusión que esperabas hasta el punto de plantearte eliminarlas.
  • Comparas tu perfil con el de otras personas y los sientes competencia.
  • Cada vez más sustituyes conversaciones en personas por chatear.
  • Vayas donde vayas, aunque sea moverte del salón al baño, tu teléfono móvil siempre va contigo, por si acaso.
  • Salir de casa sin tu Smartphone o quedarte sin batería a lo largo del día te provoca una situación de estrés.