1. Piensa en el trabajo que estar por venir. Antes de que te vayas de tu actual empleo, piensa si hay habilidades que necesites desarrollar para ser más atractivo a ojos de otros empleadores. Utiliza el trabajo que tienes ahora mismo para mejorarlas y mantenerte motivado.
2. Piensa en tu sueldo. No es simplemente la cantidad de dinero que ingresas cada mes, es todo lo que te permite hacer. Pagar una casa, quizás un coche, hacer algún viaje… Míralo por ese lado.
3. Intenta sonreír más. La sonrisa no cuesta nada y disminuye muchísimo el estrés. Aunque tu estés harto de tu trabajo no hagas a los demás que acaben hartos de ti.
4. Haz una lista con todas las cosas buenas. Alguna habrá, ¿no? Pues refléjala en un papel. Pueden ser tus compañeros, un jefe agradable, incluso ese café tan rico de media tarde. ¡Cualquier cosa es válida!
5. Cuida tu apariencia. Vale que tu trabajo no te motiva, pero no te dejes. Vistete de la mejor forma posible, siéntete bien y cuídate, te vas a sentir mucho mejor y los demás lo van a notar.
6. Deja de lamentarte. Repetir una y otra vez lo amargado que estás no soluciona nada. La próxima vez que estés con compañeros o amigos, intenta hablar de cosas positivas y amenas.
7. Desconecta. Sal de vez en cuando de escapada, o queda con los amigos o compañeros después del trabajo para tomar algo o cenar. Es muy útil para desconectar y relajarse para afrontar con ganas lo que queda por venir.