Hay que remontarse hasta el verano de 2012 para conocer los inicios de una de las experiencias más prestigiosas que ha dado el universo lifestyle y gastronómico en los últimos años. Fue en Formentera, en el entorno paradisíaco de la playa de Cavall d’en Borras, cuando el matrimonio formado por Rafa Viar y Angie L. Grijalbo pusieron a rodar Beso Beach, un proyecto familiar cuya esencia se resume en trasladas al público las sensaciones que transmiten una gran comilona, unas vistas de excepción y la buena vibra.
Lo hicieron. Se aliaron con el sol, la playa y las ganas de pasarlo bien. Ofreciendo un producto de lujo para unas vacaciones inolvidables, esta ubicación se convirtió sólo en el punto de partida de todas las aperturas que vinieron. La última ha cambiado de destino, pero no de filosofía. En el centro de las montañas de Sierra Nevada y con el deseo de vivir una aventura diferente a las que ya conocemos, el proyecto ha inaugurado la pop-up Beso Beach Sierra Nevada para conquistar también las latitudes menos cálidas y trasladar su claim, famoso en redes sociales, de un entorno veraniego a otro invernal. #NoHayVeranoSinBeso, evoluciona y es posible besar a temperaturas bajo cero. Con un poco más de frío y sin mar en el horizonte, Beso Beach Sierra Nevada cuenta con su banco y su mensaje para que los likes en Instagram no se resientan: #NoHayInviernoSinBeso.
La nueva ubicación se encuentra en uno de los enclaves más reconocidos de estas montañas. El hotel The Mountains estrena un nuevo concepto de lujo, confort y ocio, para que la vida en su interior sea tan interesante como en sus cumbres nevadas, donde los amantes del esquí acuden para dar rienda suelta a esta actividad recreativa. Sus 147 habitaciones se distribuyen en cinco plantas, además de espacios comunes y el mayor spa al aire libre de Europa, con zona de piscinas termales, sauna y jacuzzi.
Así es el lujo a temperaturas bajo cero
Sol, nieve y deporte. Una triple fusión tan atractiva como la alianza formada por Beso Beach y The Mountains para ofrecer el confort necesario para una temporada de desconexión, a cargo de este enclave, y el ocio más puntero, que corre a cargo del proyecto familiar de Viar y Grijalbo. El buen ambiente se personaliza en una rica gastronomía, tanto en sabor como en variedad, que, siguiendo el modelo de los otros destinos de Beso Beach, mantiene platos y añade y adapta otros para adecuar el destino a la carta, valiéndose de ingredientes y comidas típicas de cada zona. En esta estación de esquí, y con el objetivo de coger fuerzas para seguir descendiendo laderas, algunas de las opciones más demandadas de la carta son el arroz meloso de bogavante, los callos y la smash burger de buey. Siempre sin perder sus orígenes en cocina, de pinceladas vascas y mediterráneas.
Con la parrilla y la cuchara como protagonistas, sus creaciones en cocina se pueden disfrutar en un acogedor interior o en sus dos terrazas exteriores, para que los clásicos tengan un regusto diferencial y hagan de este viaje gastronómico una aventura sin precedentes y alargar la diversión hasta el momento más mágico de la jornada de esquí, el sunset, a su vez punto de encuentro clave para todos aquellos que quieras pasarlo bien sin limitación de tiempo, con las mejores vistas y los mejores cócteles.
Como todos los proyectos Beso Beach, la naturaleza, la gastronomía y la buena vibra se dan la mano y suman un valor más en este enclave, el gusto por la nieve y las aventuras en la cima de la montaña.