Apunta las tareas
Apunta lo que debes y quieres hacer. Evitarás olvidos innecesarios y superposición de horarios. Una agenda nunca está de más. Además, ver als cosas sobre papel ayuda a organizarse mejor. No obstante, cada persona es un mundo, así que si te organizas mejor apuntándolo en las notas del móvil, adelante. Lo importante es que, sea como sea, tengas todo a mano.

Aprende a identificar lo prioritario
Posiblemente te juntarás con una lista interminable de tareas, porque una vez que te pones a apuntar parece que crecen los quehaceres de debajo de las piedras. Para no verte en el dilema del “que si quiero o que si puedo”, identifica lo prioritario, que hay tiempo para todo. Si todo te parece prioritario es que realmente no tienes prioridades, porque si las tienes sabrás distinguirlas perfectamente cuando las veas apuntadas.

No pierdas tiempo lamentándote
Ese maravilloso tiempo que pierdas contándole a tu pareja, amigo, familiar, camarero del bar de abajo o animal de compañía lo ocupadísimo y agobiadísimo que estás es tiempo de acción que estás perdiendo. Ponte manos a la obra. Lamentarte del poco tiempo que tienes solamente sirve para que cada vez te quede menos ídem y se te acumulen más cosas. Pasa a la acción. Stop dramas, por favor.

Sé realista con los tiempos
No caigas en el “esto en un ratito me lo ventilo” para automotivarte. Tienes que hacer algo que conlleva su tiempo y lo sabes, no te mientas a ti mismo para pensar que acabarás más temprano podrás empezar con otra cosa. Mentir no está bien y menos a ti mismo. Quiérete un poquito, no te hagas eso o acabarás más agobiado. Es preferible que añadas siempre tiempo de más a tus tareas por si acaso.

[vc_posts_slider count=1 interval=3 slides_content=teaser slides_title=1 thumb_size=large posttypes=post posts_in=3843]

No olvides las tareas rutinarias
Mirar el correo electrónico del trabajo, llamar a tus padres, comprar el pan, vestirte, esperar el Metro… Todas esas cosas que haces cada día conllevan su tiempo aunque no lo parezca. Si las tienes en cuenta a la hora de programarte, posiblemente te organices mejor. Los 10, 15 o 20 minutos que ocupan algunas de estas tareas cotidianas, son un tiempo susceptible de ser tenido en cuenta.

Acuérdate de vivir
Tienes que comer, dormir, ducharte, salir con los amigos, ver a la familia, hacer la compra… Parece obvio, peor a veces al programar nuestras agendas nos olvidamos de estas cosas. Pensamos que tenemos 24 horas y de esas 24 podemos utilizar íntegras unas 18 a lo mejor. No te confundas, restando lo que se tarda en vivir, son muchas menos. Acuérdate de vivir, no sobrecargues tus días.