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El refugio sibarita de Sierra Nevada 

Agenda para alcanzar la cima de las tentaciones avant y après ski

Imagine un chalet alpino y una bañera nórdica en mitad de la nieve, un cóctel al atardecer en la terraza más animada de la sierra o una cena íntima en el espacio más exclusivo. Todos los esquiadores y riders suspiran por la gran nevada de la temporada que está tardando en llegar más de la cuenta. Mientras tanto, pondremos rumbo sur para encontrar en Andalucía el lugar donde exprimir al máximo los placeres más allá del Fortfait.

Avant o après ski. Esta es la agenda para alcanzar la cima de las tentaciones sibaritas de Sierra Nevada. 

Un chalet alpino de lujo

08.30h. El sol asoma entre las cumbres del Parque Nacional que se contemplan desde la habitación del hotel. Estamos en el corazón del segundo macizo más elevado de Europa, tan sólo por detrás de los Alpes, y en las faldas del techo de la península, el Mulhacén (3.483 metros). Si tiene que haber nieve en un lugar es aquí. Y también sol, pues la estación más austral del continente es la que cuenta con mayor número de días soleados. Como este, donde despertamos en el que, dicen, es el mayor refugio de lujo de Sierra Nevada.

“¿Lo mejor? Nuestra localización. Responde Francisco Navarro, director de El Lodge.  “Somos el único hotel con salida directa a las pistas de esquí y también el único que cuenta con piscina exterior climatizada”, añade el gerente de este exclusivo alojamiento que acaba de cumplir 10 años desde su renacimiento. En 2014, un incendio obligó a empezar el proyecto de cero en una renovación sostenible. Así lo defiende el equipo de El Lodge.

El Lodge Ski & Spa

Indagamos en este hotel boutique a pie de pista, construido casi en su totalidad con madera finlandesa para albergar 9 habitaciones y 12 suites con jacuzzi y vistas al entorno natural con el que se mimetiza. Hablamos de un chalet alpino en Sierra Nevada, decorado por el estudio Andrew Martin en una propuesta que combina materiales nobles como la madera, la piedra, el cuero y la piel con elementos vintage en forma de carteles y pósteres que nos trasladan a un escenario del Tirol o las Dolomitas.

La imagen de la piscina humeante entre las laderas blancas y la fachada del chalet de pino; a un lado la zona de hamacas donde tomar el sol o un café, y a otro un jacuzzi estilo bañera nórdica y una sauna finlandesa. Sin duda esta sería la postal más icónica de El Lodge, que no la única. Pues este alojamiento premium guarda otros rincones para perder la noción del tiempo. Como el spa interior con piscina y pequeño circuito de aguas, sauna y baño turco y dos salas para tratamientos para alcanzar el nirvana después de una “dura” sesión de esquí. Además, cuenta con un Kidsclub para los peques, gimnasio para los mayores, un cálido lobby donde no importa la espera y una propuesta gastro que merece un capítulo aparte. 

Ritual de la mañana

09.00h Acaban de abrir las pistas, pero no hay prisa. Aquí sería un pecado, así que empecemos poco a poco. Primero bañera de hidromasaje con vistas a la sierra, luego desayuno en El Grill. Con variedad de panes, de zumos, de aceites, de yogures y embutidos ibéricos que se presentan en este espacio acristalado e íntimo donde también se sirven las cenas. Tras el desayuno bajaremos a la sala donde equiparnos para la jornada de esquí.

The Grill

Este refugio de montaña ofrece el alquiler de material prêt-à-porter de esquí y snowboard, además de asesoramiento por un equipo de profesionales. “Gracias a nuestra colaboración especial con Iliberis School, los huéspedes de El Lodge pueden tomar clases personalizadas de esquí o snowboard, telemark, travesía o raquetas”. Así lo explica el equipo del hotel, que cuenta con punto de venta de fortfait en sus instalaciones. “También tenemos acceso directo a la pista Maribel”, recuerda Navarro. En otras palabras, saldremos esquiando del El Lodge.

Ante nosotros, se despliega uno de los dominios más amplios del sur de Europa. La estación de Sierra Nevada cuenta con 111,4 km esquiables distribuidos en 133 pistas y el mayor desnivel de España (1.200 metros). También con una de las temporadas más largas del panorama nacional, que se suele alargar hasta abril o mayo, momento en el que, muchos días, se puede incluso esquiar en manga corta.

¿Novedades? Esta temporada el complejo de actividades invernales ha continuado con la renovación de sus remontes con el estreno de la telecabina Ál Andalus, para enlazar la base de Pradollano con el corazón de la estación en Borreguiles en ocho minutos y medio. Estrena a su vez dos telesquíes, Puente I y II, entre la loma de Dílar y el Río, una cinta para principiantes en Borreguiles, cuatro nuevas máquinas pisa nieves, sistema de innivación y cuatro pistas temáticas como la del “El Mar” y el “gran tiburón devora niños”.

¿Además del esquí? Pruebe el moonbiking, o moto de nieve eléctrica y ultraligera; excursiones de senderismo y raquetas por el Parque Nacional de Sierra nevada y rutas guiadas en Los Cahorros. Los más pequeños disfrutarán en la zona Mirlo Blanco, al pie de la estación.

Esquiar al pie del Veleta

12.00h. El telesilla de la Laguna nos lleva hasta la cima de la estación y casi del Pico Veleta (3.394 m). En días despejados, se puede divisar desde aquí la costa de Marruecos y prácticamente cualquier día la vecina cumbre del Mulhacén, al este. Descendemos por las pistas de esta estación que se extiende hasta Pradollano, su base, pasando por la zona de Borreguiles, su principal cruce de caminos. La loma de Dílar es el territorio de los riders (snowboarders) que sueñan despiertos con su snowpark; y la Laguna de las Yeguas el de los esquiadores que buscan la zona más solitaria para un descenso exigente por la loma del Veleta. Los más expertos se deleitarán con La Olímpica, con 3,5 kilómetros de mucha pendiente y mucha adrenalina y los que quieran bajar de un tirón hasta Pradollano, lo harán por la Pista del Águila, de 6 kilómetros y 1.200 metros de desnivel. Este recorrido coincide con uno de los dos de esquí de montaña con los que cuenta Sierra Nevada, junto con el de la Loma Dílar.

Terrazas y foodtrucks

The Sun Deck

15.00 h. Hora del après ski. Estamos en la terraza del Sun Deck, la más exclusiva de Sierra Nevada, junto a la Pista Maribel y dentro del complejo de El Lodge. ¿Para comer? Su restaurante defiende una propuesta de tipo fusión que incluye desde consomés y sopas caseras a carnes a la barbacoa y pescados frescos. Para compartir destaca la tabla de ibéricos o el guacamole con nachos de chía, mientras que, entre las propuestas ligeras, lo hace el poké de atún rojo, el ceviche de corvina y ensaladilla rusa con carpaccio de gamba roja. En los principales gana fuerza el risotto de presa ibérica, el salmón asado, las albóndigas suecas y también opciones snack como el wrap club, el brioche de langostinos crujientes, el pepito de Wagyu o la hamburguesa “El Lodge”. Aunque en esta categoría rivaliza fuertemente con la propuesta del Food Track del hotel Maribel, con su terraza con vistas a la Sierra, faltaría más.

Se siente este equilibrio entre el frío y el picor del sol de la montaña, que poco a poco se va ocultando tras las laderas y anunciando la hora del sunset y del cambio de registro. Es el momento en el que las sesiones de DJ nacionales e internacionales amenizan el ambiente del Sun Deck que se desliza entre lo agitado y relajado, entre la hoguera y la manta, entre el cóctel y el vino caliente. Maridamos el momento con la excelsa carta de bebidas del local, desde especialidades como “El Lodge” Glühwein, el Barraquito 14 o Hot Martini 14 o aperitivos como el Asian Bloody Mary, The fig tree o Surprise Negroni. Tampoco faltan su variedad de cavas y champanes, cervezas, licores y vinos. La bodega está diseñada por el sumiller de Marbella Club, Ángel González.

La noche de Maribel

20.00h Acercarse al hotel Maribel, es otra tentativa si lo que se busca es un alojamiento de lujo y velada sibarita. Nos sentamos frente a la barra dorada del Lounge Bar, para un aperitivo antes de pasar a su espacio gastronómico, decorado con chimeneas colgantes, iluminado por luces tenues y ambientado por música en directo. Hablamos del place to be cuando cae la noche.

Restaurante del Hotel Maribel

¿Para cenar? Probaremos la carta de clásicos de temporada y platos alpinos. Destacan entrantes como las croquetas de quisquilla de Motril con alioli de miel de caña, las ostras de Giraldeau o el Caviar Royal Oscietra. De los Alpes llega el Vacherin Mont D´Or al horno y la raclette con patata asada y en los principales apostaremos por el carré de cordero con flor de calabacín, el linguine de bogavante, el lenguado Dover o Esturión de Riofrío con beurre blanc de caviar. ¿A la parrilla? El cowboy de vaca Angus o entrecot vasco para los que se vean con fuerza. Para coronar el día, o la noche, qué mejor que sentarse en la terraza exterior del Maribel cóctel en mano bajo el cielo estrellado y esperar a que, por fin, mañana caiga la gran nevada. Si no, seguiremos esperando aquí. 

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