Ha llegado el día. Como cada 22 de diciembre, la afinada melodía de los alumnos del colegio de San Ildefonso de Madrid resuena durante toda la mañana con un elegante «miiiiiil euuuuros», interrumpido en 13 ocasiones por los premios mayores, incluyendo el más esperado de todos: el de los cuatro millones de euros, el mayor premio que entrega el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad.
Claro, cuatro millones de euros no son una tontería, aunque esa cifra se reduce significativamente porque pocas personas compran un billete completo (10 décimos), limitándose generalmente a un décimo, por lo que el premio final por cada uno sería de 10 veces menos de lo que se canta; es decir, por cada décimo, ganaríamos 400.000 euros.
No está mal, ¿no? Y se preguntará: «¿Seré rico? ¿Me incluirá Forbes en su archiconocida lista de los más ricos del mundo?». Déjeme decirle algo: es imposible que aparezca. Lo es, porque hemos sacado la calculadora y no nos salen las cuentas.
Partamos de que ha ganado 400.000 euros, que en realidad tampoco son 400.000 euros porque hay que tener en cuenta que Hacienda se lleva un 20% para premios superiores a 40.000 euros. Por tanto, los primeros 40.000 euros están exentos de tributación, pero no los 360.000 euros restantes, sobre los que se grabará el 20%. En total, el ganador se quedaría con 328.000 euros y Hacienda con 72.000 euros.
La cifra se reduce. Vale, son 328.000 euros, para un pisito y «cerrar agujeros» nos da. Pero si queremos alcanzar al menos al último miembro de la Lista de Multimillonarios de Forbes, en el puesto 200, tendríamos que escalar hasta los 10,7 mil millones de dólares, que es el dinero que tiene el empresario estadounidense Patrick Ryan, en una lista capitaneada Elon Musk, con 430.900 millones de dólares. Por otro lado, la Lista de Multimillonarias está liderada por la francesa Françoise Bettencourt Meyers y su familia, con 99.500 millones de dólares, y cerrada por la estadounidense Abigail Johnson, con 29 mil millones de dólares.
Como hemos dicho, supongamos que gana esos 328.000 euros. Con el tipo de cambio actual de 1 euro equivalente actualmente a unos 1,1 dólares, por lo que cada victoria en el Gordo le aportaría aproximadamente 347.680 dólares. Ahora, hagamos los cálculos para determinar cuántas veces tendría que ganar la lotería para alcanzar la impresionante cifra de 10,7 mil millones de dólares, el umbral de entrada a la exclusiva lista de los 200 más ricos.
Para ello, dividimos la riqueza de Ryan (la más baja de todas las fortunas mencionadas) entre los 347.680 dólares y nos da un dato estremecedor (sí, estremecedor): para entrar en el exclusivo club necesitaría que le sonría la suerte aproximadamente unas 30.775 veces. Algo… imposible. Este número puede parecer astronómico (y lo es), pero ilustra la increíble brecha entre el sueño de la riqueza y la realidad de la fortuna.
¿Y en la lista de los 100 españoles y españolas más ricos?
Venga, vamos a hacerlo algo más fácil y no ceñirnos solo a los más ricos del mundo. Forbes España realiza cada año su lista de Los 100 españoles más ricos. Este año, Amancio Ortega ha vuelto a ocupar la primera posición, cerrando la lista la familia Villar-Mir de Fuentes y Nieves y Daniel Entrecanales. Para superarle en fortuna a la familia Entrecanales, con un patrimonio de 350 millones de euros, tendría que tocarle el Gordo, como mínimo, 1067 veces. Casi nada.
En el caso de Las 100 mujeres más ricas de España 2024, a la cabeza está la hija del hombre más rico de España y décimo del mundo (Amancio Ortega), Sandra Ortega Mera y a la cola del inventario está Natalia Álvarez Calvo en última posición, con 70 millones de euros. Lo que significa que para alcanzarle en fortuna haría falta ganar el codiciado de la Navidad 213,4 veces. De nuevo, imposible.
Es esencial recordar que estos cálculos son simplificaciones y no tienen en cuenta diversos factores. Impuestos, fluctuaciones en los tipos de cambio como el dólar y otras consideraciones financieras podrían afectar la cantidad real acumulada. Además, la probabilidad de ganar la lotería es extremadamente baja, haciendo que este escenario sea todavía más teórico que práctico.
El sorteo de la lotería de Navidad es, sin duda, un momento de esperanza y emoción, también de tradición; llamado para muchos el «día de la salud» que, ya sabe, siempre es lo más importante.