Enséñale a apreciar el esfuerzo independientemente del resultado. Si marca el gol que da la victoria a su equipo o si falla, debes aplaudir su esfuerzo y enseñarle que a largo plazo el esfuerzo vale más que las victorias ocasionales producto de un golpe de suerte.
Anímale a practicar lo que le gusta. Si ama tocar el piano, apóyale para que llegue lejos tocándolo, pero no lo presiones para que sea un niño prodigio. Cuando un niño hace las cosas con ilusión y no bajo presión, se esfuerza, confía más en sí mismo y no teme fracasar.
Haz que se dé cuenta de los problemas por sí mismo. El exceso de ayuda de los padres puede hacer que un niño no tenga suficiente conciencia de sus problemas al no enfrentarse a ellos. Si se ve de vez en cuando “solo” ante el peligro, confiará más en sí mismo.
Fomenta su curiosidad. Los niños disfrutan de una curiosidad cuasi insaciable y es importante que los padres la satisfagan. Es positivo que pregunten y a aprendan cosas. La información es poder y en este caso les ayudará a aumentar la confianza en sí mismos.
Proponle nuevos retos. Los padres pueden fomentar la confianza de los niños proponiéndoles hazañas atractivas como aprender a montar en bici o responsabilidades como dar de comer a su pez. Este tipo de actividades exigen un esfuerzo e implican confianza.
No critiques su esfuerzo. Cuando las cosas salen mal, machacar al niño y/o enfadarse no tiene sentido alguno. Si un niño ve que alguno de sus progenitores monta en cólera cuando hace algo mal, cogerá miedo a realizar esa misma actividad y se valorará menos.
Haz que vea sus fallos como oportunidades de mejora. Cuando algo sale mal, no hay que caer en la sobreprotección. Para que un niño mantenga al confianza en sí mismo hay que animarle y hacerle ver que la caída es una oportunidad para coger impulso y llegar más alto.
Ábrele la puerta a nuevas experiencias. Cuanta más diversidad exista entre las actividades que realiza un niño, menor será su reparo a la hora de probar cosas nuevas y mayor la confianza en sí mismo para enfrentarse a lo desconocido. Sé su guía hacia lo nuevo.
Predica con el ejemplo. Si muestras confianza a la hora de enseñar a hacer las cosas a un niño, él tomará ejemplo de ti y también las realizará con seguridad. Debes convertirte en un ejemplo a seguir.