Lifestyle

Empresas sanas

En un país donde el consumo de psicofármacos está disparado, el CEO de Longevida apuesta porque la empresa consiga fomentar bienestar entre sus empleados para ser imparable.
Javier Coterillo es, además de CEO de Longevida, coach certificado y speaker motivacional. (Foto: Pablo Tribello)

Estamos entre los países europeos con más horas de sol (unas 2.500 anuales), nos gusta socializar y nuestra cocina, con la dieta mediterránea por bandera, es apreciada y saludable a partes iguales. Sin embargo, como alerta Javier Coterillo, “algo está fallando cuando ostentamos otro récord gravísimo: España lidera el consumo de psicofármacos en Europa”. El empresario, con quince años de trayectoria en el sector farmacéutico, encuentra que gran parte de esta problemática se origina en el entorno laboral. “La mayoría de los desequilibrios emocionales, entre el 70 y el 80%, surge ahí, bien por dificultad para conciliar, bien por presiones o problemas de liderazgo”, explica. Además, lamenta que nos cueste tanto pedir ayuda, “cuando no hay mayor acto de valentía que mostrarse vulnerable”.

Estas cifras, así como su experiencia en el mundo empresarial como emprendedor, coach y speaker motivacional, le llevaron a poner en marcha hace dos años Longevida, “un nuevo concepto de salud preventiva e integrativa que fomenta una correcta gestión emocional y un equilibrio mental-físico para mejorar el estado de salud global”. El proyecto se dirige, de forma especial, a las empresas: a través de estudios y pruebas no invasivas identifican en los trabajadores el estado muscular, inflamación, síntomas de patologías silenciosas (hipertensión, colesterol, glucosa…) o niveles de resistencia al estrés. Con los resultados se aplican soluciones que van desde cambios en la nutrición y hábitos de vida a herramientas para manejar el estrés o pautas de bienestar físico. “La empresa tiene que apostar por la salud de sus empleados”, subraya el CEO de Longevida. El principal objetivo es mejorar la calidad de vida de su equipo, pero, en última instancia, se traduce en beneficios corporativos. “Más compromiso, motivación, rendimiento y mejor comunicación. La empresa que lo consiga será imparable”, concluye.

Artículos relacionados