Muchas personas esperan las navidades con ansia y consiguen disfrutar de ellas al máximo. Por otra parte, existe un gran número de personas que las encuentran bastante estresantes y caóticas. Este puede ser el caso de los padres, que tienen que lidiar con el trabajo y todas las necesidades que demanda la familia. Por ello, puede resultar complicado disfrutar de las fiestas como es debido.

Para evitar caer en la espiral de caos, siempre puedes seguir algunos consejos para disfrutar la navidad y evitar el estrés:

La preparación: 

Cada persona afronta las navidades de forma diferente, sobre todo en términos de compras y preparaciones. Pero como todo en la vida, un poco de planificación siempre ayuda. Piensa en las cosas que más estrés te provocan, puede que sea la compra de los regalos, de la comida o planificar el viaje en caso de que tengas que realizarlo. Cuando las hayas identificado, prepárate para afrontarlas para así aliviar el estrés o al menos reducirlo. Si no estás preparado, o simplemente te parece demasiado, elige otra tarea y céntrate en ella. Puede parecer una tontería, pero hacer listas con las cosas que tenemos que hacer, es una buena forma de organizarnos y además bastante efectiva.

No intentes alcanzar la perfección (no existe) 

El ser humano tiende a intentar ser perfecto, a hacerlo todo bien. En el caso de las navidades, todos queremos la decoración perfecta, el empaquetado de los regalos perfecto, incluso nuestra vestimenta. En lugar de estancarte en esto, piensa en lo importante que es todo el mundo esté pasándoselo bien, eso te incluye a ti por supuesto. Una vez tengas esto en mente, te será mucho más fácil evitar la idea de la perfección, que seguramente no te lleve a ningún sitio. Seguro que vas a estar mucho más relajado y mucho más feliz. 

Decide qué es importante para ti 

Si tienes tradiciones, o simplemente algunas cosas que disfrutas en Navidad, saca tiempo para hacerlas. Ya sean temas religiosos, de entretenimiento, ir a patinar, ver una película, pasarte todo el día en pijama, y una larga lista de etcéteras. Seguro que quieres echar la vista atrás y pensar en esos recuerdos felices de la Navidad, y no en todo el estrés que sentiste por no hacer lo que verdaderamente querías hacer.