El fracaso, ese gran enemigo que ha atormentado a tantas almas, prácticamente a todas ellas. Thomas Edison, por poner un ejemplo, falló 10,000 veces antes de conseguir inventar la bombilla. Richard Branson dejó el colegio a los 15 años, luego se convirtió en uno de los grandes magnates del mundo. Además, tuvo dislexia y con ello, todos los problemas que se asocian a ella.

Estas son solo dos de las miles de personas que cambiaron el mundo. La lección es que todas ellas fallaron, pero lo volvieron a intentar. Mantenerte en tu zona de confort solo te alejará de obtener algo más grande. Seguramente lograrás todas esas cosas que no estabas destinado a lograr, o que simplemente no querías lograr.

El fracaso es parte de la vida, es algo con lo que hay que lidiar, pero no es algo malo. No puedes remediar el fracaso, al igual que no puedes remediar las cosas que nunca has intentado. No puedes deshacer las cosas que nunca has llegado a hacer. Si dejas de intentarlo, siempre pensarás en lo que pudo ser y no fue. Este tipo de arrepentimiento es una gran carga que se manifestará durante toda tu vida.

Según la organización Gallup, solo la mitad de la población siente que está luchando por sus sueños, mientras la otra mitad es consciente de que no está obteniendo lo que quiere en la vida. Seguramente, las personas que pertenecen al último grupo, lo hayan intentado una o dos veces tras el primer fracaso, y después se hayan rendido. Desistir puede llegar a convertirse en un hábito.

El fracaso no tiene que ser el veredicto final. El fracaso es una señal, una bandera roja que nos muestra que algo está mal y debe ser reparado. En lugar de alejarte de él, enfréntate a él cara a cara, arréglalo.

Por ello, piensa en lo que te hace especial, en esa capacidad que tú tienes y que los demás no, y esfuérzate por mejorarla. No te rindas a la primera de cambio, trabaja duro. Si fallas, inténtalo otra vez, hasta aburrir al aburrimiento. No importan cuán difícil sea, un día lo vas a conseguir. Por ello, comprométete con la resistencia, es tu arma más importante.