Cuando hablamos de bullying, normalmente pensamos en las tácticas del patio del colegio, como tirar a alguien del pelo o quitarle el bocadillo. Pero la verdad es que el bullying ha alcanzado formas muy diversas, y lo peor de todo, ha pasado del colegio a la edad adulta.
A veces puedes experiementar el bullying en tus propias relaciones de amistad, y no ser consciente de ello para nada. Por eso es importante detectarlo y acabar con él. Detectarlo es mucho más sencillo de lo que parece, la parte complicada viene cuando hay que acabar con lo que pensabas fielmente que era una amistad, y que con el tiempo ha demostrado no serlo para nada.
Por ejemplo, uno de los síntomas más claros es que tus amistades te intenten manipular para conseguir lo que quieren y que además te hagan sentir un poco inútil, por supuesto en la edad adulta. Se supone que los amigos deben animarte y hacer que la vida parezca más fácil, si no lo están haciendo, o peor, si están haciendo tu vida más complicada, es hora de decir adiós a ciertas relaciones, y no echar la vista atrás.
Mientras que todas las relaciones son distintas, pueden existir unos síntomas comunes y señales que identificar. Como por ejemplo la crítica constante. Cuando tus amigos menosprecian tus logros, ya sea una subida de sueldo como un nuevo novio, y te desaniman constantemente, sabes que tienes que salir de allí, eso no es una amistad. Pueden ser muy similares a las señales de abuso emocional en una relación romántica, la tendencia al control y a la manipulación, la insistencia de que tienes que ser leal siempre, aislarte de tus demás amigos y de tu familia. Todo el mundo lo ha vivido al menos una vez en la vida, y es algo terrible y de lo que hay que escapar.
Una vez identificados los síntomas, debes decir adiós a esas personas. Debes hacerlo porque no nos están aportando absolutamente nada, y por desgracia o por suerte, solo vamos a vivir una vez. Por tanto, no puedes perder ni tiempo ni energía en personas que no te valoran como te mereces.
Si te encuentras en una de esas relaciones, muchísimo ánimo y a coger el toro por los cuernos.