Con base en una encuesta anual realizada por la Asociación Americana de Psicología en 2017, existe un aumento en los niveles de estrés de los estadounidenses en comparación con años anteriores. De 2007 a 2012 fue bastante estable, con picos en miniatura en 2013 y 2015. Los resultados de la encuesta de este año mostraron que los estadounidenses se preocupaban principalmente por las finanzas, el trabajo y la economía como fuentes de estrés muy o algo significativas en sus vidas.
Estas emociones pueden ser paralizantes si no sabemos cómo reconocerlas, y cómo lidiar con ellas. Son hostiles, y a veces no deseadas, pueden aparecer en cualquier lugar, por ejemplo, en una reunión de trabajo, hablando con tus amigos o viendo Netflix. Puede interferir con nuestro proceso de toma de decisiones y nuestra capacidad de conectarnos con quienes nos rodean.
¿Qué podemos hacer al respecto?
1) Respire:
Bastante fácil, y nosotros, como adultos, lo hacemos entre 12 y 20 veces por minuto. Toma respiraciones profundas desde el vientre ya que podría ayudar a aclarar cualquier sensación de agobio.
2) Reconócelo:
A veces, el paso más difícil es entender qué es lo que estamos experimentando en el momento actual. Si esa emoción no te resulta familiar o no puedes ponerle nombre, toma nota. Entonces, si lo vuelves a experimentar, puede que te resulte un poco más familiar.
3) Cambia tu escenario:
A veces, si posamos nuestra atención en otra cosa, puede cambiar nuestro enfoque. Al cambiar nuestro enfoque, podemos controlar más las emociones que estamos experimentando en ese momento. Puede ser tan fácil como simplemente levantarse y dar un paseo.
4) Coméntalo:
Otra forma de ayudarte es simplemente hablándolo con un compañero de trabajo o tal vez incluso pasar un tiempo con tu mascota.
5) Práctica de meditación / mindfulness:
Otra forma de cambiar tu relación con el estrés, el miedo o la ansiedad es comenzar una práctica consciente o de meditación. Puede durar todo el tiempo que lo necesites, y para comenzar de 3 a 5 minutos estaría bien.