Igual es un ejemplo un poco duro, pero puede ser que hayáis tenido una relación sentimental muy larga de la cual, con el paso del tiempo, con otro nuevo amor que haya eclipsado al anterior, no recordéis los buenos momentos y solo recordéis los negativos. Normalmente nos acordamos de los momentos en los cuales nuestra vida no ha ido cómo la habíamos planeado. Cómo ya comentamos anteriormente, existen formas de apartar la negatividad de nuestro día a día.
Tenemos una tendencia a fijarnos en lo negativo y no en lo positivo, tanto en nosotros mismos como en los demás. Si lo hacemos con las cosas del pasado, ponemos en riesgo nuestro futuro. Sabes que eres una persona que tiende a la negatividad cuando te encuentras en las siguientes situaciones:
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Piensas en lo que te has olvidado de decir en una reunión en lugar de todo lo que te has acordado
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Ese pequeño detalle negativo en el feedback en lugar de todos los positivos
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Te quedas con esa vez en la que alguien te ha decepcionado en lugar de todas las veces que han estado ahí
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Piensas en todo lo que podría ir mal si tomas un camino en lugar de todo lo que podría ir bien
Estos son solo algunos de los ejemplos que te podemos dar al respecto, pero sabes que existen muchos más. Probablemente, si te dejas llevar por tanta negatividad haya un momento que te rindas, y dejes de intentar llevar a cabo muchas cosas porque pueden salir mal.
Pero siempre hay formas de remendar esta negatividad, si quieres hacerlo. No hace falta que lo finjas, que de la noche a la mañana cambies de actitud. Simplemente necesitas empezar a celebrar las pequeñas victorias, tomártelas como algo más grande de lo que realmente son al final y al cabo. Tienes que ser más amable contigo mismo, no tiene sentido que seas tan duro contigo, que no dejes nunca de fustigarte.
Necesitas tener en cuenta que si tú no te quieres nadie lo va a hacer, y que no puedes practicar el auto sabotaje sin un motivo aparente.