Todos somos conscientes de los peligros que conllevan los trastornos alimenticios, pero con todo y con ello, no lo somos. Lo que quiero decir, es que en los últimos años, cada vez confundimos más los estilos de vida saludables, con las dictaduras personales. Antes queríamos ser delgados, pero ahora tenemos la excusa de que “queremos llevar una vida más saludable”, pero cuando lo llevamos al extremo, esto pierde todo el significado.
Hay personas que están obsesionadas con tomar las piezas de fruta indicadas, la cantidad de verduras y de proteínas, y evitar todo lo que puede resultar poco saludable. Tan los medios, como el gobierno nos inculcan un dieta y un estilo de vida sano, ¿qué significa esto?
Esto significa, que está bien cortar ciertos grupos de alimentos solo porque está socialmente aceptado a día de hoy, pero nos tenemos que preguntar a nosotros mismos si esto es verdaderamente necesario.
El problema es que las dietas se vuelven cada vez más restrictivas, con esto, nosotros lo hacemos también. Obviamente no te vas a ir a cenar con tus amigos, ya que por normal general, cuando nos reunimos con nuestros amigos no tomamos agua y fruta. Pude que te estés aislando, y puede que esto te traiga ansiedad. Pero seguramente, si ya has llegado a este punto, tu mente está fuera de control.
Hoy en día está de moda comer de cierta forma, seguir una “estilo de vida basado en la comida sana” como la vida paleo, ser vegano o vegetariano o la dieta de la comida orgánica. En la superficie, esto parece inofensivo, pero debemos preguntarnos cuáles son nuestras verdaderas intenciones. ¿Qué pasa si comemos algo que no concuerda con esos estilos? ¿Nos vamos a preocupar si comemos algún alimento fuera de esta dieta? ¿Estas dietas nos definen?
Esto no es para nada saludable, y este tipo de comportamientos pueden llevar a tener un desorden alimenticio. Esto es lo que se llama ortorexia, la fijación por comer sano que te lleva a la obsesión.