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La tentación perfumística de Royal Bliss

Con las cuarenta esencias que forman parte de los aromas de Royal Bliss, Barnabé Fillon ha creado un perfume que las conjunta a todas, creando así un doble reto que coquetea con nuestros sentidos, invitándonos a conocer lo desconocido y a que renunciemos a nuestra zona de confort para descubrir lo que realmente nos estamos perdiendo.

Tradición y modernidad confluyen en un perfume que ofrece a los combinados a base de Royal Bliss el cariz necesario para ser aún más diferentes, respetando a partes iguales la esencia de sus aromas naturales y el de sus sabores, haciendo de todos ellos la perfecta fusión entre olfato y paladar que buscamos en una copa distinta.

Explosiones que navegan entre el jengibre, el limón, la naranja o los delicados aromas de la tónica y que se entremezclan con pasión y mimo en un perfume tan único como sugerente en el cual confluir. Cuarenta esencias distintas que debían armonizarse en un mismo cuerpo y que constituyeron un auténtico reto para Fillon.

Reto que Fillon aceptó, aún sabiendo que también a él le exigiría salir de su zona de confort, algo que el perfumista francés reconoce en el mismo espíritu Royal Bliss tiene en común con el arte de la perfumería.”No es casualidad que a un perfume también se le llame esencia. Teníamos el objeto, ahora proyectamos su sombra”, reconoce Fillon, que además es un botánico de reconocido prestigio.

El resultado es un perfume equilibrado, vibrante y sumamente tentador, capaz de desperezarnos y de sacarnos de lo ya establecido. La demostración permanente de que la innovación mueve el mundo y de que la tenemos al alcance de la mano, a ese misma distancia a la que tenemos Royal Bliss y este perfume que reúne bajo su misterioso envase todo lo que saboreamos y olemos en unos mixers que nos demuestran que aún no está todo escrito, olido o probado.