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¿Es mejor la jornada partida o la reducida?

En 2007 se alcanzaba el millón y medio de empleados que deseaban una reducción de la jornada laboral, si bien la demanda fue descendiendo hasta el medio millón de trabajadores en 2014. Actualmente son 658.200 los trabajadores a los que les gustaría ver reducido su sueldo si eso implica trabajar menos horas, un 11,6% más alta que el año pasado.

Por otro lado, está el descenso de los que quieren trabajar más horas. Actualmente estamos en porcentajes cercanos a los de 2009. Después de esta fecha, aumentó considerablemente el número de ocupados que querían trabajar más horas. Hasta un 17% llegó a representar en 2013. Actualmente se encuentra en un 12,3%. El descenso, evidentemente, no tendría que ver con un descenso de la tasa de adictos al trabajo, sino probablemente con que hay más trabajadores contentos con el número de horas que se les contrata.

Los datos que se han expuesto representan una instantánea de la situación actual del mercado de trabajo. Sin embargo, también retratan la posición de la mujer en este mercado. Según señala Bolsamanía a partir de los datos de la EPA, tras el primer trimestre del año, la cifra de hombres contratados a tiempo parcial era de 794.100 frente a las 2.080.100 mujeres que tenían este tipo de contrato. De estos más de dos millones de mujeres, la mayoría (un 56%) alegaba que se hallaba en este puesto por “no haber podido encontrar trabajo de jornada completa”.

Es decir, el motivo de que las mujeres trabajen menos horas no se debe solo a una reducción de jornada por maternidad por el cuidado de hijos o bien una reducción convenida para atender a personas dependientes. La cuestión en la mayoría de casos es que no se les ha ofertado otra opción. El techo de cristal que impide a las mujeres desarrollarse profesionalmente continúa evidenciándose.

Por un lado, ante el cuidado de niños y mayores dependientes son ellas mayoritariamente las que piden una reducción de la jornada. Pero, sin que expresen ese deseo, son los empleadores los que suponen que las mujeres deben trabajar menos horas y les ofertan con preferencia los puestos con jornadas más exiguas.