Cada uno de estos resultados tiende a ser la regla y no la excepción. La cita “No es personal, es sólo negocios” es más que un cliché – sirve como una advertencia para una realidad que aplasta las motivaciones individuales. El negocio puede ser impersonal, absorbente y egoísta. No me malinterpreten, el éxito no es necesariamente malo, pero ciertamente no es una panacea que domestique tus demonios internos. Como empresarios, dueños de negocios y líderes muchos se centran en la búsqueda de la riqueza, el éxito y una “estrategia de salida” a expensas del propósito externo y la paz interior. Aquí hay tres conceptos importantes que vale la pena considerar para cualquier persona que busque nutrir su paz interior a medida que identifica su propósito en la vida.
Fe
La creencia y la esperanza son la acción y el comercio de empresarios. Puede que tengan que pasar años creyendo y sacrificándose por una visión que no es una realidad tangible. Mientras que la flexión de ese músculo de la fe es aplaudida y alentada cuando se aplica a los negocios, la fe se encuentra con frecuencia menospreciada cuando se habla en términos de religión y espiritualidad. A pesar de las críticas contra la religión, cada tradición de fe importante en el mundo tiene principios y valores básicos que pueden servir como un ethos de anclaje para los empresarios y líderes. El abrazo a la moda de la “ética situacional” con respecto a los negocios, erosiona la verdad fundacional de que cualquier negocio sostenible depende de las relaciones humanas. Reconocer que no hay un propósito más elevado que servir a los demás es un primer paso crítico hacia la paz interior.
Consumo responsable
Queremos más de todo y creemos que lo merecemos. El consumo imprudente y desenfrenado es más evidente en la cantidad y frecuencia de los alimentos que compramos y comemos. Según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU., más de 1 de cada 3 estadounidenses es obeso. Tendemos a no negarnos nada a nosotros mismos, especialmente cuando tenemos hambre. Sin embargo, la creencia sostiene que el hambre prolongado o intermitente ayuda a agudizar el enfoque, desintoxicar el cuerpo y alimentar al espíritu mientras sensibiliza al individuo que ayuna a las necesidades de los demás. Hay varios libros excelentes sobre el tema que entran en gran detalle. Un médico siempre debe ser consultado, pero todos podríamos beneficiarnos de un consumo más responsable de alimentos y, sobre todo, adecuado a nuestras verdaderas necesidades.
Relaciones
Necesitamos la interacción, camaradería y compañerismo de los demás tanto como necesitamos la comida. Investigaciones recientes muestran que la participación en una comunidad reducen a la mitad la tasa de mortalidad de los individuos de mediana edad y reduce el estrés. Si se trata de un grupo semanal de yoga, running o pintura, participar con un grupo de compañeros más allá de su trabajo ayuda a ampliar y enriquecer su vida. La verdad es que usted no tiene éxito si las únicas riquezas en su vida se miden en dinero, una medida mucho mejor es el impacto positivo que tenemos en los demás, así como en nosotros mismos.