Hay varias maneras diferentes en las que sabiamente puede pasar los últimos minutos de su día de trabajo. Para los principiantes, no trate de meterse en un nuevo proyecto o asumir una gran tarea. En su lugar, comience a liquidar los asuntos pendientes y prepárese para ser productivo al día siguiente.
1. Haz una lista de pendientes para el día siguiente
Si eres jefe, una muy buena idea es reunirte con tu equipo de manera breve y energética para planificar cómo se desarrollará la jornada laborar del día siguiente, según Michael Kerr, experto en negocios internacionales. Pero si eres empleado, también puede servirte hacerlo de manera solitaria, “¿qué tengo que hacer mañana?, ¿cómo voy a hacerlo?, ¿a qué hora voy a hacerlo?”, son preguntas que podrían serte de gran ayuda. A esta hora y luego de dedicar todo tu día al trabajo, es fácil definir cuál es el camino a seguir.
Cuando llegues a tu casa estarás totalmente desconectado, porque tu mente ya habrá resuelto esos molestos pendientes. Además, estarás un paso más adelante y no perderás tiempo al otro día en planificar.
2. Despídete como corresponde
Siempre debes respetar tu horario de trabajo, pero dedica unos minutos para despedirte como corresponde. Preocúpate de que todos sepan que te vas, di adiós de manera afectuosa, recordando que, además de colegas y profesionales, todos somos seres humanos. Esto aumentará tu grado de confianza en tu equipo, además de hacerte sentir más feliz en tu trabajo. Otra buena idea, es agradecer a quien haya hecho algo importante por ti durante esa jornada: te dio una mano en una pega que te resultó difícil (o quizás superó tus capacidades), un empleado que cumplió diligentemente una tarea, o bien, a tu jefe que te enseñó algo nuevo.
3. ¡Focus! Concentración hasta el último minuto
Es común que la última hora de trabajo sea algo así como una espera “a que toque la campana”, como cuando estábamos en el colegio. Pero ya estamos grandecitos, y si queremos que nos vaya bien en nuestro trabajo, dejar una huella y, por qué no, ser exitosos, debemos ponerle ñeque. Un buen hábito es mantener la concentración, incluso en esa difícil última hora.
Haciendo esto, podrás concluir lo inacabado y así poder entregar tareas listas al finalizar el día, sin pendientes para el día siguiente (o con los mínimos posibles). Pero para que esto sea posible, resulta vital que te alimentes bien durante el día y que te tomes tu hora de almuerzo y algunos minutos de descanso a lo largo de la tarde. Nadie puede mantener 8 horas de concentración seguidas, así que date tus respiros.
4. Un momento de reflexión
“Los profesionales con experiencia saben que si no están aprendiendo, no están creciendo”, señala Kerr. En esos 10 minutitos, también puedes darte un momento para pensar y analizar por qué las cosas salieron bien o mal, ¿qué causas ves en tus aciertos y desaciertos del día? Hacer esto consciente te ayudará a no caer nuevamente en los mismos errores. Además, este momento de reflexión también te ayudará a mentalizarte sobre lo que debes hacer al otro día. Si te es de ayuda, escribe en tu agenda la lista de tareas prioritarias para la próxima jornada.
5. Ordena tu espacio de trabajo
Es hora de ordenar, porque nadie quiere encontrarse al otro día con su espacio de trabajo sucio y desordenado. En un escritorio ordenado, encontrarás mucho más fácilmente lo que necesitas: un documento importante, tu lápiz, la libreta de notas o los pañuelos desechables. Así no perderás tiempo en un caos de cosas revueltas. Mente clara, escritorio ordenado.
6. Revisa tu horario de la mañana del día siguiente
Visualiza cómo se desarrollará la mañana del día siguiente, qué reuniones tienes y qué tareas debes hacer. Es posible que tengas una reunión fuera de tu oficina y tengas que trasladarte a otra parte, o que recibas a alguien para un tema urgente. Las reuniones en ese caso deben estar preparadas y tu mente lista para solucionar esos problemas, con ideas claras. Siempre es buena idea incluir en tu horario un hueco para hacer deporte antes de salir al trabajo.
Quienes obtienen éxito en sus vidas laborales, son aquellos que saben priorizar y organizar su agenda de manera que no se topen con imprevistos, quienes piensan antes de actuar y no se topan de sopetón con una reunión que habían olvidado. Este hábito te dará confianza, pues te sentirás preparado para enfrentarte a cualquier escenario que se te ponga enfrente.