A su pronta edad, Emilio Froján puede presumir de ser el cofundador y CEO de Velca, una de las marcas españolas de vehículos 100% eléctricos que está cambiando la forma de moverse por las ciudades, y que tiene su origen en Alemania, durante los años de andadura profesional de este joven empresario en el país europeo. «Durante los últimos años de mi vida laboral me centré en la aspiración de crear ciudades libres de contaminación y ruido; para ello trabajé en Alemania, España y Suecia, en una startup líder en micromovilidad donde desarrollé dos centros de producción de patinetes eléctricos», señala Froján, quien recuerda cómo el proyecto pasó de ser imaginado por él y su equipo de la anterior empresa a ser una referencia en actual expansión.
Con estas credenciales se puede decir que Velca nació para agitar el sector de la movilidad con motos y bicicletas eléctricas, y que lo hizo desde las ganas y la motivación unidas al emprendimiento.
Perteneciente a la lista Forbes 30 under 30, Emilio Froján se ha convertido en el creador de la marca española con más matriculaciones de ciclomotores eléctricos en 2021 y ha visto cómo su creación ha sido elegida mejor marca de motos eléctricas de Europa en 2022. Un éxito profesional que aporta valor diferencial a la vez que crea con su talento un proyecto de impacto que trasciende fronteras y que, hoy, le lleva a compartir filosofía con una de las más más grandes marcas de alta relojería: Audemars Piguet, la manufactura de Alta Relojería más antigua en manos de las familias fundadoras y que entre sus grandes talentos está la constante innovación reescribiendo las normas y afrontando nuevos desafíos para marcar tendencias rompedoras. Un ejemplo de ello es la evolución de su colección, Code 11.59 nacida en 2019 con la que la marca aúna contemporaneidad, diseño y refinamiento, incorporando el acero y redefiniendo la colección.
Ambas marcas se sitúan en la encrucijada entre la modernidad técnica y la artesanía ancestral. Características que hacen de Velca y Audemars Piguet dos empresas fruto de la tecnología punta sumada a las tradiciones, la industrialización y la programación, que se valen de las habilidades humanas altamente especializadas para conseguir la excelencia.
Y en cuanto a la forma de alcanzar esta perfección, Froján dice tenerlo claro: «En Velca desarrollamos nuestros productos de la mano de nuestros clientes. Así descubrimos que la mayoría de las personas dispuestas a comprar una moto eléctrica no tenían garaje y les preocupaba la infraestructura de cargo. Por todo esto, en 2020 desarrollamos motos eléctricas con batería extraible que se pudiese cargar en cualquier enchufe en casa, exactamente igual que hacemos con la carga de un portátil». Y es que justo aquí, en esta adaptación de las herramientas más comunes y funcionales en motor a las nuevas herramientas que propone Velca, la esencia de la marca conjuga a la perfección con los modelos Code 11.59 de Audemars Piguet. Una relación que parte de la fabricación artesanal, «manual donde casi no hay procesos automatizados, porque somos una marca que aspira a que nuestros clientes se sientan orgullosos de lo que hacemos y cómo lo hacemos -comparte el empresario–, y en este sentido creo que estamos muy en línea con esta relojera suiza que representa desde hace muchas décadas esto mismo».
Froján, quien ha podido probar el modelo Code 11.59 en color azul, resalta su valor clásico, porque «la sencillez es la más alta manifestación de inteligencia y diría que también del buen gusto. El Code 11.59 me parece un reloj para personas con gustos sencillos, pero una mente compleja». Lo dice mientras posa para la cámara de Forbes, a primera hora de la mañana, en uno de los lugares más céntricos y de moda en Madrid. No sin recordar la importancia de la técnica tanto en un modelo de Alta Relojería como en Velca, su empresa: «La técnica es el resultado de miles de horas de conocimientos puestos al servicio de una visión. Hay que preguntarse cómo podemos mejorar, cómo podemos acercarnos más a lo que demandan los clientes. Al final y al cabo, nos debemos a ellos. Conviene recordar que la tecnología simplemente es un medio al servicio de nuestras aspiraciones, son las personas las que dirigen el desarrollo del producto.
Y a decir por los resultados empresariales de ambas firmas, la clave parece estar ahí, en alimentar la relación entre personas y maquinaria. Una cuestión que abre el debate a la siguiente pregunta: ¿es necesario mantener en vínculo entre una empresa y sus fundadores para poder seguir creando acorde a uno valores ya establecidos? Sólo de ser así, se puede enriquecer el ámbito creativo y la implicación de comunidad. «Siempre digo que nuestra comunidad es el departamento de I+D de nuestra empresa; y en una empresa como Audemars Piguet que cuidan de una forma única a su comunidad me consta que transmiten perfectamente las inquietudes de sus clientes al departamento de producto».
Al igual que en Velca, Froján se atreve a asegurar que en Audemars Piguet no sólo aspiran a que sus clientes estén satisfechos, van más allá, quieren que sean felices. Y es muy posible que la felicidad esa en esas pequeñas cosas, como un medio de transporte adaptado a las necesidades de cada persona o un reloj que apuesta gran parte de su encanto a su estética de tonos atemporales, con una esfera a juego con una correa de caucho, decorada con un motivo textil y revestida en piel de becerro.
Sin embargo, uno de los pasos más naturales que ha dado la Casa en lo relacionado con esta colección es la incorporación del acero en estos modelos. Y es en esta mirada al futuro donde la manufactura y Velca encuentran su mejor alineación, y Froján lo ratifica: «Las nuevas tendencias que me enamoran van hacia la practicidad, la sencillez y la autenticidad. Y en este sentido, este reloj cumple con las expectativas de una persona que quiere demostrar más lo que es que lo que tiene. Esto me parece una forma convincente de poner a la persona en el centro de la marca».
Poner a las personas en el centro de la marca y hacerles saber que su satisfacción es el principal objetivo de su trabajo es una tarea que perfeccionan desde ambas empresas.