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María González: «Tucuvi y Audemars Piguet adaptan la tecnología a la artesanía ancestral»

La cofundadora y CEO de Tucuvi ofrece su opinión sobre cómo la tecnología se pone al servicio de la mejora de la vida de las personas
María González - Tucuvi
María González, con camisa de IKKS, pantalón de Corsicana, pendientes de CXC y reloj Code 11.59 de Audemars Piguet. Fotografía Jaime Partearroyo. Estilismo Erik Erizarte. Localización The Penthouse Madrid

Como miembro de la lista Forbes 30 under 30, que entre otras razones de ser premia el talento juvenil y su aplicación en el emprendimiento, María González comenta con FORBES la motivación que le llevó a fundar Tucuvi, la plataforma de inteligencia artificial que cuida de los pacientes.

Sin titubeos, la cofundadora y CEO de la marca reconoce que tras estudiar ingeniería biomédica el devenir lógico era derivar todos esos conocimientos adquiridos en una empresa que pudiera solucionar retos médicos tras el desarrollo y la aplicación de la tecnología. «Cuando acabamos la carrera, mi socio y yo comenzamos a trabajar en la industria. Él, desde el lado técnico y yo desde el de negocio. Como pacientes, sabíamos que hay cosas que se podían mejorar [menos listas de espera, tratamientos y diagnósticos más precisos, personalizados y tempranos…], y como ingenieros biomédicos, teníamos ideas para hacerlo posible». Y lo hicieron. Además, movidos por el que ellos consideraban que era el principal problema del sistema: la falta de comunicación médico-paciente.

Por ello, «creamos Tucuvi con el objetivo de hacer la asistencia sanitaria más eficiente y eficaz. Desarrollamos software médico basado en Inteligencia Artificial Conversacional para asegurar que todos los pacientes tienen el seguimiento que necesitan y los profesionales sanitarios, el dato para poder prestar la mejor atención posible, a tiempo y personalizada», señala González, quien informa que LOLA, la asistente médico virtual de Tucuvi, se integra en los procesos asistenciales de los hospitales y conversa automáticamente con los pacientes que lo necesitan de manera natural, reportando de vuelta a los médicos y enfermeras.

María González, con total look de Corsicana, pendientes de CXC y reloj Code 11.59 de Audemars Piguet. Fotografía Jaime Partearroyo. Estilismo Erik Erizarte. Localización The Penthouse Madrid

Con el empleo de un reconocimiento automático de voz y el procesamiento del lenguaje natural, la idea de Tucuvi [abreviatura de ‘tu cuidador virtual’] garantiza el éxito de su trabajo en su propia evolución. «Existiendo tecnología que ayudar a mejorar los procesos y acortarlos en tiempo es un despropósito no utilizarla, es negar un avance que puede mejorar la salud y calidad de vida de millones de personas«, opina su fundadora. De manera que la clave del éxito de esta empresa está en la implantación de dicha tecnología y su adaptación a las necesidades que vayan surgiendo, porque «aplicar tecnología e IA en el sector sanitario es sinónimo de desarrollar tecnología clínica validada, con evidencia científica, segura y eficaz, que tanto los pacientes como los profesionales quieran utilizar. Además de tener beneficios operativos y clínicos, porque esto sólo da a los profesionales nuevas herramientas para perfeccionar su trabajo».

Y es precisamente en esta profesionalización de la realidad existente donde Tucuvi y una de las empresas de Alta Relojería a nivel mundial, Audemars Piguet, se encuentran. Si la primera mencionada se dedica a mejorar la vida sanitaria de las personas, la segunda hace lo propio con la dualidad estilo-practicidad, prueba de ello es la evolución natural que ha seguido la línea de relojes más ergonómica de la firma: Code 11.59, que ha presentado nuevos modelos basados en la modernidad técnica y la artesanía ancestral.

María González describe con estas palabras la relación que existe entre ambas referencias: «Nosotros aplicamos y desarrollamos tecnología para mejorar los procesos asistenciales, muchas veces sin tener que reinventar la rueda. Y veo que esto puede ser algo similar a la alta relojería aunando la tecnología y el diseño actual».

Y no sólo es el único parecido que encuentra la empresaria: «Existe un equilibrio entre arte y ciencia. Tucuvi respeta y aplica los protocolos clínicos basados en la evidencia científica, pero también incorpora elementos de empatía, cercanía y humanidad. Lo mismo veo que hace Audemars Piguet: respeta y aplica las técnicas artesanales tradicionales de la relojería a la vez que incorpora elementos de diseño, estética y funcionalidad en sus relojes«.

Reloj Code 11.59 by Audemars Piguet, en verde.

En concreto, María González resalta la practicidad, naturalidad, versatilidad y elegancia del modelo Code 11.59.

Además de todas herramientas utilizadas en la creación de mejoras de lo ya existente, hay un componente humano indispensable para que el resultado sea el deseado y, sobre todo, el esperado por el paciente o el cliente. Ese componente humano toma mayor relevancia si tiene que ver con los orígenes de la marca, sus fundadores. Algo que también permanece intacto en ambas marcas. Audemars Piguet es la manufactura más antigua que sigue siendo propiedad de las familias fundadoras y Tucuvi sigue en manos de María González y su socio. «Normalmente, en los fundadores está la esencia de la compañía, la visión y la cultura, más en los inicios», comenta la empresaria. Y aunque no sabe si en Tucuvi llegarán a alcanzar el mismo hito al que ha llegado Audemars Piguet, con casi 150 años de historia, la idea es mantenerse siempre dentro de la empresa.

Audemars Piguet
Reloj Code 11.59 by Audemars Piguet, en verde.

En cuanto al secreto para conseguirlo también hay que hablar de creatividad, para estar al día de las novedades y nuevas tendencias en gustos, eso sí, sin perder la vista la funcionalidad, la razón de ser tanto de un reloj como de un servicio dedicado a mejorar la vida sanitaria de las personas. «Como he comentado antes, creo que muchas veces no hay que reinventar la rueda. Para poder ser prácticos y creativos me parece que lo más importante es tener claro el objetivo. Para un reloj, dar la hora; para un sistema sanitario, mantener a la población lo más saludable posible. Partiendo de ahí, es cuestión de analizar cómo se está haciendo a día de hoy e innovar y crear alrededor, y validar con el usuario final si las nuevas creaciones son de verdad valiosas para él», sentencia González.

Y en lo referente a su opinión personal, «el Code 11.59 me ha parecido un reloj versátil, característica intrínseca de las nuevas generaciones. Lo utilizaría para cualquier ocasión». De lo que se deduce que la firma suiza ha cumplido con lo esperado y deseado: dar sentido y validez a una nueva generación de relojes.

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