El 12 de marzo se celebra la 95ª ceremonia de los Oscar de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, pero ninguna de las diez películas nominadas a la Mejor Película incluye uno de los recursos cinematográficos más antiguos e importantes, la persecución de coches.
La historia del automóvil y la del cine están inexorablemente entrelazadas, ya que la primera película centrada en un coche –Runaway Match– se remonta a 1903, mientras que Keystone Cops de Mack Sennett popularizó la persecución en 1912. Después de la Segunda Guerra Mundial, Hollywood y Detroit alcanzaron su máximo esplendor, y los coches y la cultura automovilística desempeñaron un papel cada vez más importante en el cine moderno, tanto en las películas pulp como en las ganadoras de un Oscar.
Entre estas últimas se encuentran The French Connection (1971), en la que el Popeye Doyle de Gene Hackman se enfrenta al volante de un tren elevado, y Bullitt (1968), posiblemente la escena de persecución más emocionante jamás filmada.
Y luego están las que parecen existir únicamente para demoler tantos vehículos como sea cinematográficamente posible. Una de las primeras en amontonar la carnicería automovilística fue The Blues Brothers (1980), de John Landis. Mientras «cumplían una misión divina», Jake y Elwood Blues se las apañaban para ser directa o indirectamente responsables de estrellar lo que en aquel momento era el mayor número de modelos jamás visto en una sola película, muchos de ellos coches de policía retirados. Todavía ostenta el honor de ser la película con más modelos destrozados en una sola secuencia de persecución, rodada bajo las características vías de la «L» de Chicago.
Otras franquicias cinematográficas que han enviado posteriormente coches al desguace con desenfreno son las numerosas entregas de Fast and the Furious, las películas de Transformers y la saga Matrix.
Para conmemorar la violencia vehicular más prolífica a tiempo para la temporada de los Oscar, los investigadores del sitio web británico de reciclaje de automóviles ScrapCarComparision.com –que deberían saber algo de coches destrozados– determinaron qué directores han sido responsables de debilitar más coches a lo largo de los años en aras de la gloria cinematográfica.
El sitio web cita a Michael Bay, quizás más conocido por sus cinco películas de Transformers, como el director que más vehículos ha destrozado a lo largo de su carrera: 354 vehículos. Con quince películas en su currículum, son 24 vehículos destruidos por película. Y eso sin contar los Transformers creados por CGI que terminaron como restos digitales.
He aquí un repaso a los diez directores más destructivos de los anales del cine, señalando sus franquicias de películas de acción más destacadas y el número de coches que cada uno ha dañado significativamente o dado por perdidos en sus ilustres carreras:
- Michael Bay (Transformers, 2007): 354 coches
- Justin Lin (Fast and Furious, 2009): 135 coches
- John Landis (The Blues Brothers, 1980): 120 coches
- Christopher Nolan (Batman Begins, 2005): 83 coches
- Los hermanos Russo (Avengers Endgame, 2019): 80 coches
- John Woo (Misión imposible II, 2000): 77 coches
- Richard Donner (Arma letal, 1987): 61 coches
- Steven Spielberg (En busca del arca perdida, 1981)
- Paul Greengrass (La supremacía Bourne, 2004): 51 coches
- Lana y Lily Wachowski (Matrix, 1999): 45 coches
*Puedes leer el informe completo aquí.