En el valle no se oye hablar de otra cosa, y es que Forbes tiene el privilegio de estrenar un concepto totalmente nuevo en la península: un chalet de nueva construcción con un moderno diseño alpino diseñado al milímetro para el disfrute de los huéspedes más exclusivos.
El mismo señor Calbó, presidente del Grupo Calbó y propietario del Hermitage (el exclusivo chalet situado en las pistas de esquí de Grandvalira) nos cuenta sobre este nuevo concepto y el riguroso proceso de reforma. Con una exquisita educación y una pausada forma de hablar relata el origen familiar de esta borda (antiguo refugio para el ganado): “Mi familia se dedicaba a la agricultura y el ganado y compró esta construcción allá por el año 1603. Lo que entonces servía para guardar mulas, vacas u ovejas durante los meses más fríos del invierno hoy se ha restaurado siendo fieles a la esencia de este tipo de construcciones”.
“Los muros han sido trabajados con piedra seca y sin el más mínimo uso de argamasa. La tarea es ardua, cada piedra es extraída una a una de la labranza de los numerosos campos de tabaco andorranos”, relata con entusiasmo el señor Calbó.
Llama la atención el uso de la madera. “Las vigas, de gran altura, son de roble y los revestimientos de la pared de pino están tallados, como es tradición en el país, por un maestro artesano que ya ha trabajado con su cincel más de 43km de madera con forma de diamante”.
No hay duda que la Hermitage Mountain Residence es un proyecto especial para su propietario, él mismo ha tutelado un proceso de restauración en el que no se ha escamitado en comodidades; cuatro habitaciones en suite, hidromasaje, sauna, piscina, guardaesquís con calientabotas o servicios como el chef privado, mayordomo, desayuno al momento, e incluso con previo aviso y cargo adicional hasta traslados en helicóptero.
La armonía de los materiales; madera, piedra y hierro, aportan al lugar el confort y calidez que uno necesita después de una jornada de esquí. El gusto por los detalles revela el gusto por la calidad: algunos de los muebles vienen de Milán, otros fueron adquiridos a anticuarios, la vajilla y la cubertería es artesanal y fue escogida personalmente por la esposa del señor Calbó.
Llama especialmente la atención la cocina Molteni, de manufactura francesa y hecha a mano imprime carácter al salón, y sirve para que el equipo de Jordi Grau (Estrella Michelin por el restaurante Ibaya, en el hotel Hermitage) haga las delicias de los comensales con la fusión de su gastronomía Riojana y la materia prima de calidad de las montañas andorranas.
Pero la oferta gastronómica no se acaba en la borda, el resort consta también de varios centros de restauración; el Restaurante Ibaya de Francis Paniego, el Koy Hermitage by Hideki Matsuhisa o el Glassbar 1850 son solo algunas de las propuestas que pretenden que el visitante pueda disfrutar de cocinas de todo el mundo.
Mención aparte merece el espectacular Spa de 5.000 m2, un servicio incluido para los invitados del Hermitage mountain lodge, que con una amplia oferta de tratamientos es una auténtica isla de relax y bienestar.
Entre el repertorio de actividades, también ofrecen mushing, trineos tirados por perros, excursiones guiadas con raquetas, salidas en moto de nieve o en primavera disfrutar del campo de golf. En resumen, una amplia oferta de confort, lujo y ocio que —como cuenta José Luis Bonet, director general del grupo Calbó— busca que los huéspedes se sientan como en su casa.