Forma parte del inventario memorístico el recuerdo de nuestros abuelos sentados en el sofá, viendo el programa de turno en la televisión, arropados con una manta, y acompañados, siempre, de unas zapatillas de pura lana 100% virgen, cerradas y de diferentes estampados. Si cerramos los ojos, todos podemos encontrar a nuestros mayores protagonizando esta rutinaria escena.
Y como no hay nada que guste ni una más que un recuerdo, existe una marca que dedica su trabajo a bucear en historias para después convertirlas en productos. Balbino, definida a sí misma como «editora de productos» crea zapatillas de casa, de las de toda la vida, en homenaje a nuestros abuelos. Con una silueta que recuerda a las de siempre, cada zapatilla cuenta con diferentes modelos pero con una única inspiración: ser el compañero perfecto de piso.
Fabricadas en España, las zapatillas balbinas están confeccionadas en lana 100% virgen para que el invierno no sea la temporada más temida y para que las largas jornadas de teletrabajo se hagan más llevaderas. Su diseño, que cuenta con las últimas novedades en fabricación para asegurar la comodidad y la practicidad, se dibuja con líneas clásicas y estampados atemporales que se diferencian en modelos y colecciones. Algunas de ellas, tan especiales como la serie Pañerías Desaparecidas, la colección Improperios y las líneas Margarita Landi y Oveja Negra.
La primera de ellas guarda una larga historia detrás. Durante buena parte del siglo XX, en España, se encontraban algunas de las mejores fábricas textiles y de hilatura del mundo, capaces de competir en calidad con los mejores paños. Para confeccionar la primera colección ideada bajo la intención de recuperar parte de este legado, Balbino se ha hecho con telas olvidadas, como guiño al patrimonio industrial y esplendoroso que tuvo nuestro país. Por esto, se trata de una edición limitada de zapatillas, probablemente, la más especial de la marca.
Otras, como la colección Improperios, reciben su nombre de los insultos originales de diferentes regiones, enlazando así con la edición del libro Teoría del Insulto en Asturias, publicado por la marca.
La línea Margarita Landi lo apuesta todo a las espigas verdes, tostadas y azules ultramar, que encuentra su razón de ser en una musa, la periodista que da nombre a la colección; por otro lado, Oveja Negra está elaborada con lana de ovejas extremeñas blancas y negras, sin tinte.
Todas ellas están elaboradas con técnicas que ponen en valor el prestigio de la artesanía y, aunque Balbino dice no tener una filosofía de marca definida, lo cierto es que para nosotros parece evidente: homenajear el peso del paso del tiempo.