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Forbes Interview | Juan Gómez-Jurado

En un país donde las cifras de lectura padecen de anorexia, él ha conseguido vender más de un millón de ejemplares de su novela Reina Roja (de la cual, Amazon Prime está rodando una serie), ayudando a reflotar un negocio –el editorial– que parecía hacer aguas y flotar a la deriva. Unas pocas semanas antes del lanzamiento de su nueva obra, Todo Arde (Ediciones B), nos reunimos con él en su retiro rural y espiritual para divagar sobre el secreto del éxito

Escritor, periodista, podcaster, presentador, guionista y devorador de historias en cualquier formato. Es imposible entender quién es el autor de Reina Roja sin contextualizar al personaje hasta desmontarlo.

La intención de esta entrevista es precisamente esa: deconstruir el fenómeno literario para comprender lo que hay detrás del éxito y sus consecuencias a través de un viaje que efectúa parada en cada uno de los puntos de su proceso creativo.

Bienvenidos a la mente de Juan Gómez-Jurado.

· · · Capítulo I: donde nacen las ideas
· · · “Es probablemente la cuestión que más odiamos los escritores. Las ideas llegan y no tienes ni puta idea de cómo. Los escritores somos idiotas afortunados” Juan Gómez-Jurado.

Hay una creencia extraña, una especie de mito que coloca las buenas ideas en un mundo ajeno, un universo paralelo al que acceden los buenos escritores. Los malos no, claro. Esos a veces se pasean por el mercadillo que celebran en la puerta los domingos: el mercadillo de las ideas. “A veces se nos define como seres mágicos con la capacidad de rasgar el velo de la realidad, pero no es verdad. Mi trabajo es un trabajo como otro cualquiera”, explica a FORBES uno de los autores más vendidos del mercado español.

Son las doce de la mañana. El sol pega con ganas sobre la plaza de Colmenar de Oreja (Comunidad de Madrid) y parece que nos vamos a asfixiar en una habitación con vistas a un patio interior. Allí me habla de su rutina, de cómo se levanta cada día y prepara su desayuno de pasta con nueces y pollo para aguantar el mayor número de horas posible sin parar de escribir. ¿Y por qué? Lo resume en una frase: muchos abdominales. “Este trabajo es como ensayar un tiro a puerta mil veces; solo se consigue con esfuerzo. La creatividad es eso: muchos abdominales”.

La estrategia le ha funcionado: más de un millón de ejemplares vendidos, traducido a más de 40 idiomas y a punto de ver nacer el nuevo proyecto de Amazon Prime basado en su novela Reina Roja. ¿Cómo no preguntarle de dónde vinieron estas ideas? ¿Cuál es su proceso de creación? Y, sobre todo, ¿cómo se triunfa en un sector del que llevamos años escuchando que el negocio se viene abajo?

Para, para, para. Mejor vayamos por partes.

· · · Capítulo II: cómo empezar una historia
· · · “Ignorando la idea. Hay que ignorarla durante bastante tiempo. Así se empieza una historia” J.G-J

Stephen King lo llama ‘los chicos del sótano’. La cosa va así: si la idea es valiosa, cuando vuelves a ella en un par de semanas te das cuenta de que se ha conectado con más cosas. Imagínate si la dejas un tiempo, tomas notas y vuelves a los seis meses. La idea que tuviste inicialmente ha crecido muchísimo. Y si no, es que no valía para nada. “Es pura memoria: el recuerdo de todas las cosas que has vivido, conectadas entre sí para generar una historia nueva. Por eso debes ignorarla y ver qué pasa”.

Mientras los otros críos jugaban al fútbol, fumaban o hacían lo que se estilase en un colegio a finales de los 80, Juan se dedicaba a leer. A todos les decía que quería ser periodista: “¿Quién no quiere ser Clark Kent? Lo que pasa es que luego creces y te das cuenta de que las gafas no te las vas a quitar nunca”, remata.

Lo dice arrugado en su silla, mirando hacia la ventana mientras el calor de agosto intenta matarnos. Habla de su pasado, de aquel niño que sólo quería escribir porque la única felicidad para él era estar con la nariz en un libro. Veía a los otros críos y no le interesaban. Tenía sus letras y ya está. “Es algo de lo que me arrepiento mucho; me hubiese gustado tener una infancia distinta, aunque probablemente no sería como soy ahora. Es algo de lo que te das cuenta con el paso del tiempo. Cuando ya has superado la mitad de la vida dices: ¡uf!, ojalá hubiera tenido más infancia”.

· · · Capítulo III: juegos estructurales
· · · “Cuando me siento a escribir es porque la historia ya está. Sólo me queda el incómodo paso de escribirla” J.G-J

Algunos escritores comienzan a escribir sin saber a dónde les va a llevar aquello. No tienen una estructura pensada. Sólo se dejan llevar, a ver en qué acaba aquello. El primer ejemplo que se le ocurre a Gómez-Jurado es Stephen King. “El tipo es una brújula. Él dice: voy hacia aquel sitio; tengo este punto de partida y voy en esa dirección. Por eso, a veces lees sus finales y dices: ¡Stephen, cabrón, no sabías cómo acabarla!”.

Vale, pues Juan no es así. Es un tipo organizado. Al menos con sus textos. La idea la tiene trabajada mucho antes de sentarse a escribir. Luego le toca la peor parte, la de plantarse en el escritorio y teclear hasta el punto final. Pero si no fuese así de organizado, probablemente no podría crear todo lo que crea. Sin organización no hay pluriempleo creativo. “Ese pluriempleo tiene que ver con la pasión que te genera algo y la necesidad de comunicarla lo antes posible en cualquier formato”, comenta el autor.

Quizá no exista otra forma de triunfar, y menos en un sector tan complicado como el editorial. Para muchos, vivir de la literatura es algo imposible desde hace tiempo. Incluso hay quien dice que el sector ha muerto, al menos en cuanto a calidad se refiere. Gómez-Jurado sabe lo que es enfrentarse a eso, a las dificultades del sector y a las críticas de los puristas que sólo ven el cadáver de lo que un día fue literatura. Ellos le acusan de hacer libros para gente a la que no le gusta leer, pero Juan interpreta esto como una medalla: “No escribo novelas mainstream ni para todos los públicos, pero sí para un público masivo. Cuento historias para apasionar a la gente”. Esa es su propuesta de valor: la capacidad de hacer que mucha gente se entusiasme por los libros, incluso gente a la que no le gusta leer.

Lo que para numerosos lectores es un cambio evidente en la línea de negocio editorial, él lo interpreta como un sesgo de confirmación: “A lo mejor es lo que estáis buscando. El cerebro efectúa un sesgo porque es lo que estaba predispuesto a encontrarse. Lo cierto es que se lee mucho más ahora que hace cinco años. Y a pesar de la creencia popular, no es cierto que Belén Esteban vende más libros que Márquez. Simplemente, hay cosas que tienen más visibilidad”.

Capítulo IV: el estilo
· · · “El mejor ejemplo de estilo que vas a encontrar es Tojeiro: me echaron ‘droja’ en el Cola-Cao ” J.G-J

Dicen que el estilo es contar lo que quieres contar como sólo tú podrías contarlo. Para Juan, el mejor ejemplo de ello es Tojeiro, aquel tipo al que drogaron dos mujeres y que hizo célebre la frase ‘me echaron droja en el Cola-Cao’. La historia no vale demasiado; ni siquiera tiene un desenlace. Sin embargo, no puedes apartar la mirada porque hay una voz que es inconfundible. “Si yo te estoy contando esto años después de su muerte, significa que Tojeiro es inmortal”.

El motivo de tanta fascinación por Tojeiro es que logró contar algo personal, desde el corazón y con una voz reconocible. Todo esto debe trasladarse a los ámbitos de creación: “Si tú tienes una historia aparentemente menor pero con una voz increíblemente personal, ahí hay algo”.

Entonces, si hablamos de lo personal, de lo que sale del corazón y de tener una voz propia, ¿quién es Juan Gómez-Jurado? Podría decirse que es un tipo enamorado de lo que hace, y eso se contagia. Porque más allá del éxito, de las entrevistas o las firmas de libros, sigue estando aquel crío con la nariz metida en un libro, esta vez escrito por él, y con una pasión desmedida por compartir lo que ama: la literatura.

Tan loco está por ella que hasta escribió un manifiesto titulado La piratería no existe y acabó en el Congreso. Fue en 2010. Y 12 años después sigue defendiendo las mismas propuestas. “Cuanta más gente lea mis libros, mejor. A 10 horas de media para leerte un libro, son muchos millones de horas de felicidad regaladas”.

En fin, ojalá este reportaje tuviese la respuesta a la pregunta ‘quién es Juan Gómez-Jurado’, pero 45 minutos no dan para entender quién es la persona que tienes delante. Hay que conformarse con un boceto en el que probablemente haya más de nosotros que del otro. Porque conocer es dejar de proyectar. Y eso, evidentemente, lleva más tiempo del que permite la pila de una grabadora.

Ahora sí, ahora ya: llegamos al capítulo final.

· · · Capítulo IV: el estilo
· · · “¿Vas a poner lo que yo te diga? Apunta: no tengo ni puta idea” J.G-J

Pues eso. Ni p… idea.

FOTOGRAFÍA: Q&CUMBER