Cuando se pensó en Ennio Fontana (Génova, Italia, 1979) para liderar la fase de relanzamiento de Roberto Cavalli, la firma internacional de moda de lujo tuvo que añadir un reto más en los objetivos a conseguir por su nuevo fichaje estrella: evitar que una crisis sanitaria sin precedentes hiciera tambalear los cimientos de un imperio. A día de hoy, parece haberlo conseguido, pero fue una misión en la que tuvo que implicarse nada más aterrizar en su nueva casa, en septiembre de 2020, y sin apenas tiempo para premeditar un plan de actuación contra las consecuencias empresariales y económicas que ya por entonces empezaba a darse en el sector.

Dos años más tarde de su aterrizaje forzoso, como director general en sustitución de Gian Giacomo Ferraris, Fontana sigue velando por la consolidación de la logística de una de las marcas referentes en la industria del lujo.

Sobre cómo afrontar el liderazgo que te han confiado, la gestión de decisiones en fase de relanzamiento y un futuro empresarial asentado en la competencia, transcurre la charla que Forbes mantiene con este CEO.

«Abordamos la sostenibilidad a través de una estrategia basada en Made in Italy«,

Ennio Fontana

Llegó a Roberto Cavalli en plena lucha de supervivencia contra el coronavirus. ¿Cómo fue el recibimiento?

Llegué en septiembre de 2020, así que mi prioridad fue comprender mejor la empresa en su conjunto, primero. La realidad era muy compleja y se necesitaba tiempo para reconocer profundamente toda su dinámica: tantas licencias, diferentes oficinas y almacenes repartidos por todas partes y una gran variedad de colecciones. Un mundo por descubrir y estudiar. Este período de pandemia me dio el tiempo necesario para comprenderlo todo, sin dejar de lado ningún detalle y, sobre todo, simultáneamente me dio la oportunidad de estudiar una estrategia para la reorganización de la empresa. Reemplazamos proveedores, cerramos algunas oficinas, reabrimos otras y, lo más importante, reorganizamos todo el equipo.

Así que aterrizó con una estrategia…

Sí, la de consolidar la logística. Especialmente cambiamos el proceso de producción de un sistema semi-industrializado para convertirlo en uno puramente comercializado (de producto industrializado, a producto comercializado), pero sin descuidar las actividades comerciales. La campaña de ventas mayoristas en showrooms, y a través de nuevas plataformas digitales, las actividades minoristas (tiendas que estaban abiertas), el comercio electrónico y el desarrollo de nuevas licencias.

Entonces, ¿llegó con un objetivo principal o se mantuvo abierto a los cambios?

No había un único objetivo que perseguir. Había muchas actividades que, en mi opinión, no estaban en sintonía con las posibilidades de una marca de negocio muy complejo y articulado como Cavalli. Pero sí vi dos objetivos fundamentales: uno, como he dicho anteriormente, el que se refiere a la reorganización corporativa con un equipo de gestión fuerte; el otro, el que afecta al punto de vista comercial, el de la necesidad de disponer del stock de mercancías acumulado en años anteriores. Y para ello, el desarrollo de lo digital fue fundamental.

Sin embargo, llegó para gestionar el relanzamiento de la marca. ¿Cómo lo hizo?

Es crucial recordar que durante la pandemia la presencia de Damac (partner de Cavalli) jugó un papel importante. Damac representó una presencia sólida que, a pesar de la pandemia, siguió invirtiendo. Invirtió en recursos humanos y en retail con nuevas aperturas en Miami, por ejemplo; y siempre ha mantenido la solidez de la empresa sin recurrir nunca al sistema de previsión social (CIGS). Esto nos permitió a todos respirar un ambiente de solidez y seguridad, incluso en un momento difícil, cumpliendo así con serenidad nuestro trabajo. De esta manera, cuando llegué, me encontré con una empresa grande donde todos tenían un rol muy específico. En aquella nueva normalidad el equipo directivo se adaptó a una filosofía de trabajo más flexible, comprometiéndose a expandir sus actividades. Los ‘viejos’ gerentes y los recién llegados no sólo se limitaron a realizar las tareas requeridas de su función, sino que se adaptaron a las múltiples fases de trabajo.

Ante esa realidad que vivimos, la capacidad de adaptación fue la clave. ¿Cuál es la clave para gestionar la competencia existente en esta industria?

Cada marca tiene su propio ADN, Roberto Cavalli siempre ha estado ligado a una imagen muy específica centrada en el animalier y el sex-appeal. La ropa que viste la mujer Cavalli es como una segunda piel.

Así que la distinción está en el ADN…

Sí, y nuestro ADN ha vuelto con una nueva energía creativa: prendas sexys con mucho animalier, un diseño que había estado algo abandonado en los últimos años y que hoy, de la mano de Fausto Puglisi, relanzamos con un comeback en alfombras rojas, fiestas y eventos.

Sin duda, son tiempos de cambios. También a favor de la sostenibilidad. ¿Cree que la industria de la moda necesita revisar sus tiempos de producción y hacerlos más sostenibles?

Los tiempos de la industria de la moda están parametrizados por los grandes grupos que marcan tiempos de producción que provocan lanzamientos de nuevas colecciones casi semanalmente. Estas colecciones están condicionadas por el llamado ‘ver ahora, comprar ahora’. Todas las empresas deben adaptarse a este frenesí productivo dictado por los grandes grupos para ser proactivas… Y creo que estos tiempos no respetan la sustentabilidad.

¿Cómo trabaja Cavalli en sostenibilidad?

Abordamos la sostenibilidad a través de una estrategia basada en Made in Italy. Una producción enteramente italiana, realizada a través de una cuidadosa elección de proveedores que respetan a las personas y su bienestar, y que producen persiguiendo el desarrollo de un ecosistema favorable a la innovación y las nuevas tecnologías.

Logística, sostenibilidad, valores… ¿Qué hace que una marca sea económicamente rentable?

Una marca económicamente rentable es aquella que crece por sí sola, que con los beneficios reinvierte, crea nueva riqueza, nuevos puestos de trabajo y se autofinancia. Ser rentable no significa necesariamente pagar dividendos, sino refinanciarse creciendo orgánicamente, incluso a través de nuevas boutiques y aperturas de tiendas.

Con este pensamiento, ¿cómo ve el futuro de la industria de la moda?

El mundo y los patrones de consumo se están digitalizando y el producto de moda sigue este camino. En línea y omnicanal juegan un papel cada vez más importante, las tiendas ahora juegan un papel principal al funcionar también como almacenes físicos que atienden las necesidades en línea. La moda responde a la web y es reactiva a la web. El futuro de la moda es poder mantener la flexibilidad: nuevas generaciones que prefieren comprar online y clientes a los que les gusta comprar físicamente en las tiendas. Es crucial asegurarse de que el producto, sea cual sea el canal de venta, sea siempre auténtico y pueda satisfacer el deseo de sentirse único.

Y a nivel personal, tras 18 años dedicados a la moda, ¿qué ha aprendido?

Una cosa fundamental que me han enseñado todos estos años es que nunca se deja de aprender, cada día se aprende algo nuevo. La moda, con su evolución, necesariamente te hace reactivo a la transformación, para aprender cosas nuevas y experimentarlas. Lo más importante es seguir escuchando las experiencias de los demás, porque son una fuente de enriquecimiento: un nuevo compañero, un nuevo socio o un nuevo proyecto son siempre una gran nueva fuente y oportunidad de crecimiento y aprendizaje.

¿Algún proyecto personal que tenga pendiente?

Por un lado, devolver a Cavalli a los puestos que ocupó en la escena de la moda, a un lugar que se merece en el mundo del lujo, yendo más allá empujando y haciendo crecer aquellas categorías que nunca han sido explotadas del todo por Roberto Cavalli, como la ropa de hombre y los accesorios. Por otro lado, consolidar la marca Cavalli como una marca de lifestyle a nivel mundial, desarrollando no sólo la moda, sino también el negocio de F&B con la apertura de un nuevo Cavalli Caffè en Milán. Estamos explorando nuevas licencias de estilo de vida, aprovechando el nuevo potencial en el sector de hoteles de lujo, Branded Real Estate con Cavalli Towers en Dubai, primero, y luego en los Estados Unidos.