En la década de 1960, el Navitimer de Breitling era el reloj de piloto indiscutido. Pero la atención mundial se dirigía rápidamente más allá de los viajes aéreos en dirección a la exploración espacial, y aquello implicaba un tipo diferente de carrera espacial que estaba ya en marcha silenciosamente. Se trataba de la carrera entre relojeros para llegar los primeros a las muñecas de los astronautas.
Los conocimientos expertos de Breitling en relojes para aviación situaron a la marca en cabeza del grupo. El 24 de mayo de 1962, Breitling reivindicó oficialmente el título «primer reloj suizo de pulsera en el espacio» después de que el astronauta Scott Carpenter diera tres vueltas en torno a la Tierra llevando el Navitimer Cosmonaute en sumisión Mercury-Atlas7. El reloj había sido una petición personal de Carpenter, que buscaba una variación del emblemático modelo de piloto que había conocido en su época de aviador, pero con una esfera de 24 horas para diferenciar el día y la noche en el espacio.
Ahora —cuando se cumple el 60 aniversario de aquella misión—, Breitling no solo ha exhibido por primera vez el Navitimer Cosmonaute original de Carpenter, sino que también presenta un tributo moderno al reloj. Se trata de una edición especial, limitada a 362 ejemplares, que rememora tanto las órbitas de la nave en torno a la Tierra como el año en que la misión hizo historia y supuso un paso decisivo en el vuelo espacial tripulado.
«Cuando este mismo año introdujimos ya el Navitimer rediseñado, había una pregunta en boca de todo el mundo: “¿Y qué hay del Cosmonaute?” Ahora anuncio dos novedades: la primera exhibición pública del reloj que Scott Carpenter llevó al espacio, y un modelo de 60 aniversario en edición limitada para rendir tributo a su histórico predecesor».
Una pieza de historia espacial
El 24 de mayo de 1962, a las cinco horas desde su lanzamiento, la cápsula espacial Aurora 7 amerizaba sana y salva en el Atlántico con Carpenter a bordo. La operación de rescate requirió tres horas, en las que la prolongada exposición al agua del mar trajo consigo un daño irreparable en el Cosmonaute de Carpenter.
De inmediato, Breitling entregó un reloj nuevo a Carpenter, pero aquel original de la historia del espacio, maltrecho y corroído, había permanecido hasta hoy, sin restaurar e ignorado, en el archivo de la familia Breitling.
Ahora, a los justo 60 años del histórico vuelo, el magnífico reloj espacial ha sido exhibido por primera vez en un evento de temática espacial en Zúrich, ante un público selecto de coleccionistas, periodistas y entusiastas de los relojes. Fue una velada animadísima entre todos los asistentes; con Georges Kern y el exastronauta de la NASA Scott Kelly como anfitriones; la familia Carpenter; y el historiador y coleccionista Fred Mandelbaum.
También se ha exhibido un Cosmonaute que perteneció a John Glenn y Gregory Breitling compró en 2019 en una subasta.
El modelo de 24 horas, en versión conmemorativa y renovada
El Cosmonaute es un Navitimer genuino, ya que muestra todas las señas de identidad del icono aeronáutico de Breitling: la regla de cálculo circular para llevar a cabo cálculos matemáticos, las «alas» logotipo de la Asociación de Propietarios y Pilotos de Aeronaves (AOPA) y el trío de esferas internas del cronógrafo.
Lo que diferencia al Cosmonaute del resto de su familia es su capacidad para dar las 24 horas. El Calibre B02 de manufactura Breitling fue diseñado específicamente para esta tarea.
A primera vista, el nuevo Cosmonaute es una reproducción fiel del original, eternizado ahora con esfera enteramente negra y opción entre correa de cocodrilo negra o brazalete de acero inoxidable con siete eslabones. Pero, examinadas con más detenimiento, las elegantes proporciones de los 41 mm del reloj están repletas de novedades. Una de ellas es su bisel de platino, un toque premium que convierte aún más a esta edición numerada en una auténtica pieza de coleccionista.
Otra es el dorso abierto de la caja de cristal de zafiro, que permite contemplar el movimiento B02 con sus grabados especiales en el puente para conmemorar la ocasión: las palabras «Carpenter», «Aurora 7» y «3 orbits around the Earth», acompañadas por «Mercury 7», el nombre del grupo original de siete astronautas elegidos para los primeros vuelos espaciales tripulados de la NASA.
Otras marcas relojeras reclaman también para sí primicias espaciales, pero solo Breitling puede proclamarse el «primer reloj suizo de pulsera en el espacio». Un único modelo suizo había llegado a orbitar previamente; era un cronógrafo de bolsillo equipado con una correa. Pero, en el caso del Cosmonaute, el modelo se atenía a esas mismas especificaciones cuando se puso a la venta 1962.
El Cosmonaute actual nos lleva de vuelta a los orígenes de los viajes espaciales, aquellos tiempos en plena carrera cuando había mucho en juego y cada misión era un triunfo del ingenio humano. Este nuevo reloj honra la estética del Cosmonaute original, con sutiles actualizaciones que funcionan de forma casi imperceptible para que disfrutemos su atractivo retro-moderno. Como tributo final, el dorso de la caja está grabado con la fecha de la misión de Carpenter, «ONE OF 362» y la frase en inglés «First Swiss wristwatch in space» (primer reloj de pulsera suizo en el espacio).