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Casa de la Moneda, localización de ‘Alatriste’ y apartamentos de lujo: la historia de uno de los edificios más emblemáticos de Sevilla

El edificio del siglo XVI ha sido intervenido por el arquitecto Javier Betancourt y el diseño del interior ha corrido de la mano de Mónica Benjumea, de Kwanza Interiors.
Alzado de la Real Casa de la Moneda de Sevilla.

La reciente restauración de la Real Casa de la Moneda de Sevilla ha vuelto a situar en el mapa turístico a este emblemático edificio del siglo XVI, una auténtica joya del patrimonio cultural sevillano. Construida entre 1585 y 1587 en las huertas de las Atarazanas, cerca del río, entre la Torre del Oro y la Torre de la Plata, aquí se fundían el oro y la plata procedentes de las Indias para su transformación en marcos y doblones.

En pleno apogeo, la antigua fábrica de moneda llegó a emplear a 200 trabajadores, pero hacia 1868 perdió su función fabril, tras lo cual el recinto de 10.000 metros cuadrados fue dividido en lotes y vendido a diversos particulares, que lo transformaron en viviendas. Una década después, en 1879, pasó a manos de un solo propietario, Manuel Marañón y Martínez.

Con el paso del tiempo, el complejo residencial cayó en el abandono, hasta que a finales del siglo XX se acometió una profunda reforma que lo devolvió a su época más esplendorosa. Sólo quedaba por restaurar la portada barroca que realizó en el siglo XVIII el ingeniero militar Sebastián Van der Borcht, quien también diseñó el palco real de la plaza de toros de la Maestranza y la Fábrica de Tabacos. Sin embargo, las obras fueron paralizadas en 2011 por incurrir en “atentados patrimoniales” y durante 12 años la fachada principal permaneció oculta tras los andamios y la desidia. Al menos el patio central porticado sirvió de escenario para el rodaje de la película El Capitán Alatriste, tras ser transformado en corral de comedias.

El proceso judicial se resolvió finalmente cuando la familia Marañón decidió vender la propiedad a la empresa madrileña Nauticalia SL por 3,5 millones de euros. Tras la nueva rehabilitación iniciada en 2020, en pleno confinamiento, la fachada principal luce en todo su esplendor con su policromía original: si antes estaba pintada de almagre, ahora ha recuperado el color albero y el blanco. La intervención del edificio, declarado Bien de Interés Cultura (BIC), también contemplaba la construcción de 10 lujosos apartamentos de alquiler, cuatro de los cuales son áticos con piscina y cuentan con vistas a la ciudad. Los precios —fuera de temporada— oscilan entre los 380€ y los 750€ por noche. www.realcasadelamoneda.com

De la ejecución del proyecto se ha encargado el arquitecto Javier Betancourt, que ya intervino la Casa Bucarelli en la misma ciudad. “Las obras de rehabilitación han tratado de ser lo más respetuosas posibles con la estructura preexistente, intentado ponerla en valor con el objeto de obtener una mejor lectura del pasado del edificio”, señala el profesional sevillano, que durante los trabajos halló testimonios de las cuatro intervenciones constructivas de la finca a lo largo de su historia, como unos fragmentos de una alcazaba árabe levantada a mediados del siglo XII.

Según explican los inversores de Great Park y Nauticalia, el objetivo ha sido “buscar el equilibrio entre los materiales de la época y las comodidades que exigen hoy los clientes, respetando la esencia del lugar y su valor histórico y patrimonial”. Y recuerda que se ha cumplido con la sentencia que obligaba a restituir los muros de los siglos XVIII y XIX que fueron demolidos en la anterior reforma. En Sevilla hay unos 30 apartamentos turísticos en construcción, “pero que presten un servicio de hotel de 5 estrellas, como limpieza diaria o servicio de habitaciones, entre otros, creo que a día de hoy somos los únicos”.

Ubicados en los números 3, 5 y 7 de la calle Adolfo Rodríguez Jurado, los apartamentos toman el nombre de espacios emblemáticos de Sevilla: Real Alcázar, Archivo de Indias, Torre de la Plata, Fábrica de Tabaco, La Maestranza, Torre del Oro, La Giralda, La Caridad, Casa Pilatos y Los Venerables. El tamaño oscila entre los 46 m2 y los 96 m2.

Respecto a la decoración, la interiorista Mónica Benjumea, de Kwanza Interiors, ha respetado la estética y la tradición del lugar. Nada parece fuera de sitio. “El estilo responde a una estética acorde con la ciudad de Sevilla, donde se percibe la tradición, la historia, la belleza de los colores, el confort y la calidez a través de los materiales y la mezcla de estilos. Toques sofisticados; toques sencillos: así es Sevilla, y es lo que querría que los huéspedes sientan cuando se alojen en esta casa”, explica mientras nos muestra las amplias habitaciones.

Las piezas escogidas nos recuerdan donde estamos: sillas de enea pintadas a mano típicas de las casas sevillanas; vasijas de barro que se utilizaban para evitar la humedad; tejidos de lino que son frescos y cálidos a la vez; flecos que recuerdan a los mantones de Manila y que aún se siguen utilizando… En las paredes cuelgan fotografías del siglo XIX que reflejan monumentos y costumbres de la ciudad, mientras en las estanterías los libros de segunda mano dan sensación de hogar. Para trabajar la forja y el barro que vemos en barandillas y suelos, Benjumea ha contado con “maravillosos artesanos andaluces que saben hacerlo de una manera excepcional, porque conocen a la perfección las técnicas tradicionales”. En tiempos de criptomonedas, hasta los protagonistas de La casa de papel pagarían por alojarse en una fábrica de dinero con cinco siglos de historia.