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Aitana: cómo pasé de OT a ser la estrella del año

La artista, que cuenta con 36 discos de platino y 12 discos de oro, nos cuenta en exclusiva cómo ha construido su carrera: "Me siento súper orgullosa de todas las veces que he dicho que no"

De las miles de personas que se han presentado a los casting de Operación Triunfo desde 2001, 182 han conseguido entrar en el talent show a lo largo de sus 11 ediciones y sólo unos pocos elegidos han llegado al olimpo de la fama. Aitana Ocaña (San Clemente de Llobregat, 1999) ha sido una de ellas. Salió del programa hace tres años, donde quedó segunda, y en este corto espacio de tiempo se ha convertido en un fenómeno en España. Tiene en su haber 36 discos de platino y 12 discos de oro. En los conciertos de su segunda gira en solitario, 11 razones, ha colgado el cartel de no hay entradas en 22 recintos como el madrileño WiZink Center. Ha firmado contratos publicitarios con Inditex, Yves Saint Laurent, Puig o McDonald’s, entre otras marcas. Y sólo este año ha recibido premios como el de Mejor Artista de España de los Europe Music Award (EMA) de la cadena MTV, Mejor Artista en Directo de Los 40 Music Awards y el Ondas al Fenómeno Musical del Año.

Aitana aparece a la cita con FORBES acompañada de su padre, Cosme Ocaña, su manager, que es su prima Olga Palma y otra chica de la oficina de management. Y, aunque viene con séquito y hay artistas que delegan en sus representantes cualquier interacción con el mundo exterior a su burbuja, ella se presenta profesional, cercana y proactiva. Desde que salió del programa de televisión y firmó sus primeros contratos a los 18 años —con la discográfica Universal e Inditex—, lleva las riendas de su carrera con intuición, constancia y las ideas muy claras. «Siempre me dejo aconsejar porque tengo un equipo detrás muy sabio, pero la última decisión es mía porque soy quien pone la cara», cuenta con una voz aniñada y un semblante serio. «Me siento súper orgullosa de todas las veces que he dicho que no a algo porque no me veía reflejada. Y lo he hecho así desde el principio cuando no tenía las herramientas que tengo ahora. Siempre me he plantado si no he visto las cosas claras», dice. «En parte es por cabezonería y por querer dirigir yo mi carrera. Hay quien puede pensar que es fácil, pero vengo de un pueblo de 3.000 habitantes donde nadie de mi familia se había dedicado a la música y hemos entrado en esta vorágine. Bastante bien nos está yendo y bastante contentos estamos con todo», explica.

Nada más salir de Operación Triunfo empezaron a lloverle propuestas. ¿Quién le asesoró?

Fue un poco locura. He tenido la suerte de que mi padre tenía mucha experiencia en llevar la parte económica de su empresa y cuando empecé a recibir dinero le preguntaba todo. ¡Quién mejor que tu padre para que te lleve todo lo económico y quedarte tranquila! Con 18 años yo no sabía de nada de porcentajes ni de qué se llevaba cada uno. Entonces me sentó y me dijo que había que hacerlo bien, que yo tenía que saber de dónde venía el dinero, qué hacer con él, cómo gestionarlo y comprender todo lo que había alrededor. Me ha ido enseñando todo. Y lo primero que tuvimos claro era que teníamos que gastarnos el dinero en un buen abogado para mi tranquilidad y seguridad.

También tenían claro que querían alguien de la familia siempre cerca.

Sí, desde la primera reunión que tuvimos con Universal —su discográfica— decidimos que hubiera una persona de confianza que aprendiese mucho de todo, que estuviera siempre conmigo y cerca de mi manager. Pensamos en mi prima Olga, que tampoco había trabajado en el mundo de la música, pero sabíamos que estaba cualificada. Somos muy audaces y hemos tenido la suerte de aprender rápido, observar mucho todo lo que había a nuestro alrededor y, a día de hoy, Olga es mi manager y quien ha ido llevando mi carrera. Gran parte de lo bien que nos va es por ella. Me ha hecho ver muchas cosas y centrarme mientras sigo en constante aprendizaje.

En 2018, mientras Aitana daba sus primeros conciertos, se convirtió en la primera embajadora de la marca Stradivarius de Inditex, creó su propio perfume con el grupo Puig y más tarde llegaron colaboraciones con empresas como YSL o PUMA. Y en lugar de dejar a otros la gestión de su imagen, quiso controlarlo todo desde el principio para poder expresarse con autenticidad. Y eso ha sido clave en su éxito. «Al empezar con una marca tan potente de Inditex como Stradivarius aprendí muy rápido cómo funcionaban las redes, la publicidad y cómo gestionarlo todo a mi manera para que no fuera intrusivo ni impostado, sino algo natural», explica. «Con todas las marcas con las que he trabajado ha sido porque me he visto reflejada en ellas y porque las utilizo de verdad. Me han llegado muchas ofertas, me siento muy afortunada por ello, y he dicho más veces que no a que sí. E incluso me han ofrecido más dinero, pero como no me haya sentido identificada lo he rechazado. Por suerte, ahora no miro el dinero porque me van bien las cosas. Lo que quiero es fortalecer mi carrera»

Entonces, ¿no prioriza lo económico?

Sé que el dinero no viene del cielo. Parte de mi beneficio viene de la publicidad y eso me ha permitido invertir en mi proyecto musical. Me llevo un porcentaje muy bajo de los beneficios de la gira porque he querido dar un buen espectáculo y con buenos músicos. Eso forma parte de mi marca y de lo que yo pueda ofrecer al público. También es cierto que tampoco soy una súper estrella. Hay quienes se pillan la furgo más guay para ir de gira y lo entiendo porque es muy cansado, pero para eso soy muy normalita. Estoy cómoda en una furgo normal.

Su padre, presente en la sesión de fotos y en la entrevista, cuenta una anécdota para reflejar la esencia de la artista. Sucedió tras la entrega del Premio Ondas. «Cuando nos metimos en la furgoneta después de la ceremonia, Aitana le pidió a su madre que al llegar a casa le preparara unos huevos pasados por agua», explica Cosme. «El chófer, acostumbrado a llevar a artistas importantes, se echó a reír y nos dijo que flipaba con nosotros porque cualquier otro se iría a celebrarlo con cava al mejor restaurante. Pero nosotros somos así». Por eso, no extraña que Aitana piense que, «mi mayor acierto es no haberme escondido bajo una figura ficticia. Soy igual en todo momento y a veces es un error porque muestro mucho de mí. Pero uno de mis puntos buenos y por el que creo que la gente ha conectado conmigo es porque han visto lo que soy, que mucha gente es igual que yo y que si yo he llegado hasta aquí por qué no van a llegar ellos».

«Al empezar con marcas tan potentes aprendí muy rápido cómo funcionaban las redes, la publicidad y a que no fuera intrusivo ni impostado sino algo natural»

¿Y por qué dice que también es un error?

Porque la gente se ve con la potestad de opinar sobre mí, incluso de cómo debo llevar mi carrera. Siempre voy a entender cualquier comentario hacia mí porque soy un personaje público, pero cuando se meten sobre cómo estoy llevado mi carrera…

¿Como cuando este año fue criticada por sacar muchas colaboraciones con artistas?

Claro. Mi trabajo es sacar música y en 2021 sólo he sacado siete. Hay que cuidar las colaboraciones, pero todo lo que saco es porque me apetece. Esta crítica me molestó porque hay muchos artistas, sobre todo hombres, que han publicado 40 colaboraciones en un año, lo han megapetado y me alegro muchísimo porque son temazos. Y que no vea noticias sobre eso, pero sí sobre que Aitana está haciendo demasiadas colaboraciones me dio rabia. Me decían que no era cuestión de género, pero esta noticia no sale con hombres y sí ha sucedido con otras mujeres artistas.

¿Su colaboración con Zzoilo en la exitosa canción Mon Amour ha sido una apuesta suya personal?

Sí. La escuché, me encantó, puse la letra en Twitter y Zzoilo me propuso si me sumaba al remix. Dije que sí sin reflexionar si le venía bien o mal a mi carrera. Cuando pienso demasiado me agobio. Si me gusta, lo quiero hacer y punto. Se lo comenté a los de Universal, me dijeron que venía de hacer otras colaboraciones muy de seguido y quizá no era el momento. Pero respondí que lo haría y ahora está en el número dos de México, en el Top50 de Perú, Bolivia, etcétera.

«Hay muchos artistas hombres que han publicado 40 colaboraciones en un año. Y no ver noticias sobre eso, pero sí sobre que yo estoy haciendo demasiadas me da rabia. Me han dicho que no es una cuestión de género, pero esta noticia no sale con hombres»

¿Cuáles cree que han sido los hitos de su ascenso al éxito?

Lo primero fue Operación Triunfo, pero todo lo que sube baja y más en OT, que puedes estar muy arriba y si no trabajas vas apara abajo. Desde ahí todo ha sido poco a poco, con portadas de revistas y varios temas que han sido número uno… Me ha costado conseguir credibilidad por parte de la gente de la industria. Me veían como a una niña que acaba de salir de OT y que a ver cómo iba a gestionar su carrera. Pero cada vez más artistas han ido confiando en mí, he ido colaborando con ellos —desde Katy Perry a Sebastián Yatra— y mi primera gira, Play Tour, ayudó a que mi credibilidad como artista fuera sumando —reunió a más de 150.000 espectadores—.

La continuidad con las marcas también es importante.

Es que si me veo reflejada con una marca quiero estar toda la vida con ellos. Por ejemplo, con YSL llevo tres años trabajando y con GHD y el perfume Aitana, desde que empecé. Veo a Rafa Nadal que lleva toda la vida con Kia y hay quien piensa que podría llevar un Ferrari, pero él ha apostado siempre fuerte por Kia. Y Antonio Banderas con su perfume de Puig igual. Seguramente no le hace falta sacarlo, pero en su momento le haría ilusión y lleva mucho tiempo con ellos. Son el ejemplo de personas a las que admiro que colaboran en el tiempo con marcas con las que se sienten identificados.

¿Tiene una visión global de la marca Aitana?

Sí. Soy consciente de la imagen Aitana y todo lo que hay alrededor. Soy muy afortunada por la cantidad de personas que escuchan mi música, miran los pasos que doy y por ser el referente de niñas pequeñas. Tengo un amplio rango de edades entre mi público, pero hay muchas niñas y tengo que tener cuidado con las cosas que saco porque no quiero influir mucho en su toma de decisiones.

«Estoy orgullosa de todas las veces que he dicho que no a algo porque no me veía reflejada»

¿Hay cosas que no hace pensando en el público?

En mis canciones no digo palabrotas que sí digo en mi día a día. Nunca cosifico el cuerpo de una mujer porque tengo muy presente el feminismo. Y en cuanto a marcas, si me ofrecen algo con alcohol digo que no por mi público.

¿Cuál es la decisión que más le ha costado tomar?

Todas las que lleven un avión porque tengo pánico a volar. El resto lo suelo ver claro. Una de las decisiones que la gente cree que más me ha podido costar es la de la colaboración con McDonald’s y para nada. Lo vi bastante claro aun sabiendo que se me iban a echar encima. Y no es de las campañas que me han pagado más.

¿Y por qué accedió?

No dije que sí a McDonald’s por dinero sino porque desde pequeña, cuando me iba a comer algo con mis amigos, un sitio seguro donde me lo pasaba bien y me lo podía permitir era el McDonald’s de mi pueblo. Era lo único que teníamos, echábamos el día entero allí y siempre me pedía lo mismo, la hamburguesa CBO. Así que me imaginé entrando en el McDonald’s de mi pueblo pidiendo el menú Aitana y me pareció la leche. ¿Cómo iba a decir que no a eso?

Aunque confiesa que nunca se había imaginado cómo sería la fama, Aitana reconoce que cuando veía el programa de El Hormiguero se imaginaba en él y se hacía entrevistas así misma en la ducha. Lo que no lleva tan bien del reconocimiento público es la falta de privacidad. «Me compré una casa hace poco y salió una noticia diciendo que me había metido en una hipoteca con unos números que no eran reales. Me dio impotencia que los números del notario se expusieran en una revista del corazón y no me gusta que la gente sepa donde vivo porque forma parte de mi intimidad. Estar en casa y que chillen mi nombre es bonito, pero también pienso en cuánta gente sabrá dónde vivo. Me encanta que me paren por la calle porque es la forma de agradecérmelo, pero la falta de privacidad me da miedo y a veces no sé cómo gestionarlo», cuenta.

Su carrera parece imparable y aunque su padre de vez en cuando le recuerde que se puede parar toda la maquinaria cuando necesite descansar, ella tiene la agenda organizada hasta principios del 2023. Y a de más lleva un tiempo estudiando interpretación. «A nivel profesional vienen cambios. ¿Puedo contar lo de…?, dice mirando a su representante que niega con la cabeza. «Bueno, pues estamos mirando empezar una pequeña gira por Latinoamérica», añade. “Cada vez va creciendo más mi público allí y llevo dos años sin ir por la pandemia. Tengo ganas de ver qué pasa. No tiene nada que ver con lo que es en España, donde hacemos una gira y se agotan las entradas rápido. En Latinoamérica hay que trabajarse el terreno poco a poco, haciendo promoción allí y mostrando al público lo que haces”. Aitana va a dar el salto y parece llevar una vida preparándose para ello.

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