Con una media de entre 1.000 y 1.500 unidades foliculares por hora, el doctor Marco Romagnoli, fundador de la Clínica Romagnoli, en Valencia, es un especialista de referencia en cirugía capilar, que disfruta de más de 10 años de experiencia y una vasta formación: un doctorado europeo otorgado por la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia y varios másteres en distintas universidades españolas.
Como investigador cuenta con más de 100 aportaciones científicas. Y sigue investigando ¿Qué le queda por aprender?
Como investigador en la Universidad de Valencia (UV) sigo trabajando en diferentes aspectos de la medicina estética y capilar, es un trabajo continuo que me apasiona y me permite estar actualizado. Además, es un orgullo exponer mis trabajos de investigación en los congresos y poder compartir esta información con otros profesionales. Intento trasladar mi profesionalidad y experiencia como investigador a mi clínica, donde intento aplicar los últimos avances tecnológicos y de técnicas relacionadas con la medicina capilar y estética.
Se ha visto que hay una relación estrecha entre el virus del covid y la aparición de alopecia. ¿De qué manera afecta y cuál sería la solución?
Se podría decir que haber padecido la enfermedad es un factor desencadenante de alopecia, porque mantiene relación directa con la caída acelerada del cabello. Se trata de una pérdida intensa producida por el estrés físico que el covid generó, y que suele aparecer unos dos o tres meses después de la infección. Afortunada- mente, se resuelve de forma espontánea, aunque, a veces, puede ser útil realizar tratamientos médicos para acelerarlo, como el Plasma Rico en Plaquetas (PRP). La solución es no preocuparse porque el pelo vuelve a crecer.
¿Qué otras razones, además de la genética, influyen en la caída del pelo?
Son muchos los motivos por los que las personas sufren problemas en el cabello. Los factores más habituales son: además de los genéticos, ambientales, hormonales, nutricionales y psicológicos, como estrés, ansiedad y alteraciones en el estado de ánimo.
Y cuando la cirugía capilar ya no es una solución, ¿hay alternativas para los casos imposibles?
Depende del grado de alopecia del paciente. En un grado leve pueden verse grandes resultados mediante el uso de fármacos y utilizando técnicas de mesoterapias capilares, PRP e incluso con terapia LED. De todos modos, esto es siempre algo muy personalizado y se necesita un diagnóstico profesional para determinarlo.
En un grado avanzado de alopecia androgénica o en una alopecia areata [del sistema inmunitario], en la cual la cirugía capilar ya no es una opción viable, se puede recurrir a sistemas capilares CNC (trabajados con CRLab), que recrean un ‘segundo cuero cabelludo’, de forma que esta membrana clon responde a las necesidades individuales y características de cada paciente.
Como experto en cirugía capilar y medicina estética, ¿qué valor diferencial ofrece su clínica que el paciente no pueda encontrar en otras?
Nuestros principales valores son la cercanía continua al paciente y el seguimiento personalizado. Somos pioneros en el uso de técnicas innovadoras como la técnica Non Shaven Fue, y lo que buscamos en cada intervención es la máxima eficacia.
La investigación nos ha permitido desarrollar productos específicos para el paciente, creando una atención personalizada y minimizando el riesgo de rechazo de la poscirugía. Y con la misma profesionalidad y compromiso trabajamos el campo de la medicina estética, donde también la atención personalizada ha permitido desarrollar productos específicos para los postratamientos maximizando los resultados.
Así que el tratamiento en la fase siguiente a la intervención es más importante, incluso, que la propia cirugía…
Es un proceso importante, ya que tenemos que asegurarnos de preservar los folículos implantados para que puedan crecer correctamente. Es un proceso largo que se prolonga durante unos 12 meses y en el que surge la necesidad de la atención personalizada.
En la intervención capilar hay que considerar que en los primeros 10 días, debe cicatrizar el cuero cabelludo, afianzarse los folículos injertados, desaparecer la hinchazón y las costras, para que el pelo comience a crecer y se vuelva a caer, esta vez de manera temporal. Después, el pelo crece durante unos tres meses. De ahí en adelante, el pelo irá saliendo cada vez más fuerte y grueso hasta el duodécimo mes, cuando el proceso de injerto capilar habrá concluido.
¿Cuál diría que será la siguiente revolución en su especialidad?
El implante capilar está siempre reinventándose, y ya han surgido técnicas más rápidas y precisas, como la Non Shaven Fue. Últimamente, se está intentando innovar investigando el trasplante de células madre en la zona capilar. En este ámbito, empezaremos diciendo que el término células madre es publicitario; existen numerosas investigaciones de laboratorio que tienen resultados positivos, pero la mayoría de ellas sólo están probadas en animales.
Si finalmente esta técnica consigue ser efectiva, traerá grandes beneficios en la próxima década, pero para eso tendrá que estar avalada por muchos más estudios realizados en pacientes antes de ponerla en marcha.