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Los tres errores más comunes de quienes buscan trabajo

Y cómo ponerles remedio.
Entrevista de trabajo
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No es extraño que quienes buscan trabajo se sientan inferiores durante el proceso de selección. Tradicionalmente, los empleadores dominaban una entrevista utilizando tácticas interrogativas. Sabían que tenían el poder porque los trabajos eran escasos y podían controlar el proceso. Sin embargo, los tiempos han cambiado drásticamente. La pandemia ha creado altos niveles de desempleo que pueden favorecer a los candidatos en el mercado. De hecho, ahora son ellos quienes evalúan a las empresas en función de la flexibilidad, las oportunidades de trabajo remoto, la cultura empresarial, la capacidad de crecimiento profesional y los beneficios, entre otros. 

A pesar de esto, muchas de las personas que buscan trabajo pasan por alto el poder que tienen y la desesperación las lleva a unirse a compañías tóxicas. La consecuencia de esto causa estragos en la salud mental, la felicidad y, en algunos casos, lleva a los empleados a abandonar una industria por completo. Pero todo se puede evitar si se conocen los errores que se cometen mientras se busca trabajo y durante el proceso de selección. Es son los tres más frecuentes. 

Primer error: ignorar las señales de alerta durante la entrevista

Es fácil pasar por alto que una oportunidad es potencialmente tóxica si no se conocen las señales de alerta. Como alguien que ha trabajado en un lugar de trabajo tóxico, vi las señales deslumbrantes durante la entrevista, pero las ignoré. Estaba desesperada por un trabajo y creía que lo que noté no sería tan malo cuando me uniera a la empresa. Resulta que esas señales fueron las mismas cosas que destruyeron mi salud mental, me llevaron a dejar la empresa y reconsiderar mi trayectoria profesional por completo.

Estas son algunas de las señales de alarma que se pueden notar en una entrevista:

  • El lenguaje corporal del entrevistador puede mostrar que no está prestando atención o que no está interesado (cuando pone los ojos en blanco, parece molesto, parece incómodo…).
  • Cuando los entrevistadores evitan responder preguntas o dan respuestas vagas.
  • Cuando dan una respuesta genérica en un intento de satisfacer al candidato.
  • Cuando los entrevistadores se contradicen a sí mismos o entre sí. 
  • Cuando se quejan de sus propios empleados o hablan mal de quienes ocupaban el puesto. 
  • Cuando no se habla de la perspectiva profesional ni de las metas establecidas. 
  • Cuando no pueden explicar claramente las responsabilidades ni las expectativas del puesto. 
  • Cuando el proceso es desorganizado y caótico. 
  • Cuando el entrevistador domina la conversación y no permite al candidato hacer preguntas. 
  • Cuando el entrevistador llega tarde o cambia la cita a última hora. 

Aunque esta no es una lista concluyente, da una idea de qué buscar al hacer una entrevista. Reconocer las señales de alerta que surgen permite tomar una decisión informada sobre si se trata de la oportunidad adecuada. Si bien es posible que una sola señal de alerta de la lista anterior no siempre indique un problema, es importante comprender la situación para no sorprenderse por patrones o comportamientos, una vez dentro de la empresa.

Segundo error: no investigar la empresa

Investigar a un potencial empleador es más que buscar en Google el nombre de la empresa y ver qué se dice de ella. Tomarse el tiempo para investigar a fondo una empresa tiene muchos beneficios. No solo brinda más confianza y ayuda a prepararse para la entrevista, sino que también aporta una mejor idea de si la empresa es la adecuada o no. Sirve para darse cuenta de si la compañía está alineada los valores del potencial empleado y, por ejemplo, cuál es su posición en términos de injusticia social.

Estas son algunas formas de investigar un posible empleador:

  • Visitar la página de negocios de LinkedIn para ver cuál es la permanencia promedio de un empleado.
  • Leer las críticas negativas y positivas en sitios de reseñas
  • Investigar sobre el gerente de contratación, los ejecutivos y los miembros del equipo en LinkedIn. Esta es una excelente manera de encontrar puntos en común con las personas que trabajan en la empresa, de ver cómo reconocen a su equipo y se relacionan con otros en la plataforma.
  • Conocer los valores fundamentales, la misión y la visión.
  • Consultar las redes sociales de la empresa para ver cómo interactúan con otras personas que comentan sus publicaciones y cómo responden a las críticas negativas, si es que lo hacen.

Si se trata de una startup, hay que investigar al fundador individualmente para conocer su curriculum. Una vez cometí el error al aceptar un puesto que reportaba al jefe sin investigar su antigua agencia. No fue hasta después de que me uní a su empresa que supe rápidamente que tenía una reputación terrible en la industria por maltratar a los demás. Una búsqueda rápida en Google de su nombre me permitió ver comentarios impactantes sobre el maltrato que había dado a clientes y empleados. Si hubiera hecho mi investigación antes de unirme a la empresa, me habría salvado de unirme a un lugar de trabajo tóxico. La revista Corporate Responsibility reveló que el 69% de los solicitantes de empleo no aceptarían un trabajo en una empresa que tiene mala reputación, incluso si estuvieran desempleados.

Tercer error: no hacer las preguntas correctas

La mayoría de las personas que buscan empleo no se dan cuenta de que una entrevista de trabajo es una vía de doble sentido. Es una oportunidad para que el candidato y el empleador se conozcan más el uno al otro y vean si son compatibles. La desafortunada realidad es que muchos de los candidatos todavía ven la entrevista como un intento desesperado de venderse y ganarse al empleador mientras descuidan las flagrantes señales de alarma que existen dentro de la empresa.

No hacer las preguntas correctas es otra forma de acabar en un trabajo inadecuado. El error más común es hacer preguntas genéricas o no tener ninguna preparada. La entrevista es el momento de descubrir las piezas más importantes del puesto, la cultura de la empresa y cómo será la relación con su gerente y su equipo. Tanto el candidato como el empleador deben salir de la entrevista sintiéndose seguros de si van a seguir adelante o no.

Aquí, algunos ejemplos de preguntas específicas para hacer durante una entrevista:

  • ¿Qué pasó con la persona anterior en este puesto? 
  • ¿Cuánto tiempo estuvo en esta posición antes de irse? 
  • ¿Cómo se da el feedback? ¿Cómo prefiere la empresa recibir comentarios?
  • ¿Cómo se utiliza la opinión de los empleados para mejorar la experiencia general de los empleados?

No hay que temer a profundizar en la respuesta de un entrevistador. Después de una entrevista, hay que tomarse el tiempo para procesar las respuestas que ha recibido, así como las dudas, preguntas o inquietudes que puedan surgir. El próximo paso debe ser comunicarse con el reclutador por correo electrónico para obtener respuestas a esas preguntas. Lo más importante es que tomar una decisión con la que se esté a gusto y no una motivada por la desesperación.

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