Hay una gran diferencia entre la verdadera humildad y quienes solo la aparentan. Las palabras de alguien realmente humilde siempre están motivadas por un sentido de auto-conciencia y no son simplemente una respuesta al clamor público. La falta de autoconciencia es un rasgo que la mayoría de las personas que se comportan mal (en cualquier ámbito) tienen en común. Más a menudo que no, los autores de acciones agresivas o sórdidas están motivados por impulsos subconscientes y no entienden el daño que causan en sus relaciones y las organizaciones en las que trabajan.
Por otro lado, cuando las personas son lo suficientemente conscientes de sí mismas como para reconocer sus errores, la gente tiende a ser más indulgente. El primer paso hacia la autoconciencia es ser abierto acerca de las cosas que te causan estrés, ansiedad y negatividad. A partir de ahí, es posible aceptar que a veces simplemente estás equivocado. Uno de los rasgos más admirables y útiles para los empresarios es la capacidad de admitir sus fallos y seguir adelante.
Con demasiada frecuencia, separamos nuestro negocio de nuestras vidas personales. Mientras que alguien puede ser amable, generoso y misericordioso en privado, a menudo se enfrenta a la presión de comportarse de manera diferente cuando ejecuta sus negocios. Pero no es bueno separar tus personajes personales y públicos: quién eres en privado es quien necesitas ser en público. Eso significa que los conceptos como la empatía pueden y deben abundar en el ámbito de los negocios.
El líder humilde es capaz de ser empático con los que están a su cargo. Es decir, siempre debe tratar a la gente de la manera en que desea que le traten. Lo sé, suena simplista y trivial, pero nunca puedes equivocarte con la Regla de Oro. Creo que hay un enorme déficit de empatía en nuestra sociedad moderna, y su impacto negativo tiene gran alcance. Abrazar la empatía en el pensamiento, la palabra, y la acción no significa que tengas que ser un sentimentalista en el trabajo, simplemente más humano en tus relaciones laborales.