1. Escribe como un ser humano. Tardar varios días, responder con abreviaturas y palabras breves o no dar
contestación en absoluto puede resultar excesivamente frío. En cambio, usar un lenguaje cuidado, con expresiones corteses y personalizados a las personas a las que te diriges, demostrará que cuidas la forma en que estás en contacto con los demás.
2. Cuenta historias interesantes. Bill y Melinda Gates https://forbes.es/actualizacion/5496/quien-es-melinda-gates utilizan a menudo anécdotas personales en lugar de las estadísticas y los números cuando se trata de comunicar la importancia de los programas de salud a nivel mundial. Contar una historia propia y generar una especie de épica que se convierta en tu sello personal es una forma de aportar autenticidad a tu mensaje y atraer audiencia.
3. Céntrate en el lenguaje corporal. Seguro que te has aprendido ya todo esto de no cruzar los brazos durante un encuentro, mantener el contacto visual y no agachar la cabeza. Lo fundamental es reconocer que el lenguaje corporal al principio de una interacción personal puede abrirte muchas puertas para la colaboración en el entorno de trabajo y plantar la semilla para un clima saludable entre las personas del equipo, al menos en la medida en que esté en tu mano.