Según las investigaciones, los empleados del país malgastan millones de días acumulados sin disfrutar. La culpa por dejar el trabajo sin tocar durante un tiempo más o menos extenso, las presiones de compañeros y sobre todo de jefes e incluso permisos denegados colaboran a aumentar esta cifra. Pero hay maneras de conseguir disfrutar de cada uno de los días libres que te corresponden por dedicar tanto tiempo a tu trabajo el resto del año.
Pregunta siempre demostrando tu preocupación por el trabajo. Solicitar días libres puede ser incómodo, pero no dejes que se interponga en el camino de tomar unas merecidas vacaciones. Has madrugado cada mañana para dedicar una jornada completa a mejorar la empresa, así que pide tiempo libre con confianza y de manera profesional. Asegúrate de hacer tu petición con la mayor antelación posible para ayudar a dejar el trabajo programado. Es muy importante mostrarle al gestor del equipo que respetas el horario de la compañía, los próximos plazos, las actividades programadas y los eventos de la compañía planificando tu vida personal con anticipación.
Ser un buen compañero de equipo. Promover buenas relaciones podría ser clave para conseguir las vacaciones en el plazo que prefieres. Cultiva las colaboraciones donde creas que la gente te respaldará mientras estés fuera de la oficina (y evidentemente, tendrás que corresponder a los favores que te hacen). Es mucho más fácil relajarse sabiendo que tus proyectos están en manos de un compañero diligente que se tomará de forma personal cuidar tus tareas tanto como las suyas.
Reformular la idea de “tiempo libre”. El tiempo de vacaciones es algo que cada trabajador se gana con su actividad y es parte de la compensación por el mero hecho de ejercer en caso de que seas un trabajador por cuenta ajena. Por lo tanto, no tomar esos días libres sería el equivalente de renunciar a una parte de tu salario. ¿Estarías dispuesto a hacer algo así solo por un sentimiento de culpabilidad? Escoger unos días de vacaciones no es en absoluto una decisión egoísta. Además, la investigación demuestra que el rendimiento máximo necesita estar intercalado con periodos de descanso.
Olvídate del equilibrio entre el trabajo y la vida. Piensa en lo que es importante para ti y consigue centrar todos los esfuerzos en ello. En lugar de intercalar periodos muy breves, elige en la medida de lo posible horarios intensivos para poder enfocarte al máximo en tu trabajo durante unas cuantas horas, y desengancharte de esa responsabilidad durante el tiempo que pueden dedicar a tu familia, tus amigos o tus aficiones.
Encuentra un punto intermedio. Un viaje alrededor del mundo no siempre es posible, así que es mejor estar abierto a varias alternativas y tomarlas con el mismo entusiasmo que tus sueños más grandilocuentes. En cualquier caso, no poder cumplir con ellos no debería significar renunciar a tus vacaciones. Si la planificación de unos días libres fuera de tu ciudad no es nada sencilla por las cargas de trabajo o las responsabilidades familiares, encuentra aquellas actividades de las que puedas disfrutar al máximo y que no requieran un gasto excesivo de tiempo y dinero. Una semana probando diferentes restaurantes o un curso de cine podrían ser tan inspiradores como un viaje al extranjero.