Así, yendo un paso más allá y aplicado a nuestra jornada laboral, la Universidad de Penn descubrió que para ser más rentables y productivos -lo que se transformaría en una felicidad real en nuestro lugar de trabajo- en un día rutinario en la oficina, no viene demasiado al caso si entrenas a menudo, es importante que hayas entrenado ese día en particular. Siendo este placer a corto plazo consumible.
¿Crea este ejercicio una adicción?
La respuesta es sí, pero positiva, ya que la energía liberada y el trabajo físico –aún- no tiene efectos secundarios negativos algunos. Además, el mover nuestro cuerpo también despierta la serotonina, que se encuentra en nuestro sistema nervioso y regula desde el sueño al apetito sexual.
Así que ya sabe, encuentre una forma de liberación y satisfacción que, a corto plazo, le otorgará una calidad de vida y le permitirá centrarse en tareas que a priori, pueden producirle más hastío. Además, si todo esto no le funciona, siempre podrá personalizar el saco del gimnasio con el rostro de quien desee.