Sabores tan exclusivos y únicos que, tomados solos o con unas simples gotas de agua, permiten redondear ese especial momento o prolongar la más interesante conversación. Licores que, en el fondo, siempre son una apuesta sobre seguro. Como los tres que aquí presentamos.

Ron premium Kong

Nacido en Guatemala con ingredientes inspirados en el hábitat natural de los gorilas, este ron envejecido hasta 9 años en barricas de roble americano es toda una obra de artesanía –al igual que su impresionante y majestuosa botella creada a imagen de un gorila espalda plateada–. Kong de paso ligero y final intenso; suficientemente corto como para tomarlo solo o con hielo, y con la complejidad necesaria para mezclarse y seguir siendo auténtico. Sus notas olfativas recuerdan al bosque húmedo repleto de bambú, apio salvaje, moras y eucalipto. De su crianza hereda sutiles notas de caramelo y suave vainilla. Kong se embotella en ediciones limitadas de 4.680 botellas, tantas como gorilas orientales quedan en el mundo. Un proyecto de altura, concienciado con la especie, que colabora con las dos ONG de mayor prestigio en la protección de la especie, la Dian Fossey Fund y GRACE Gorillas.

Ardbeg AN OA

Ardbeg, el único whisky elegido cuatro veces como el mejor del mundo, lanza ahora Ardbeg An Oa, el single malt más ahumado, dulce y redondeado de la centenaria destilería que el grupo LVMH tiene en Islay. Su carácter rebelde, con contrastes de potente intensidad y sedosa dulzura, está inspirado en el lugar más indomable de la isla escocesa, el Mull of Oa, cuyos acantilados evocan ese espacio único donde tormenta y calma se encuentran. Diferentes partidas de whisky madurados en barricas de Pedro Ximénez y exbourbon se mezclan sin prisa en las profundidades de la destilería hasta culminar en nuevos niveles de complejidad. Su acabado, persistente y seductor, es suave pero intenso, con tonos de anís, nogal y chocolate.

The Dalmore 12 years

Bajo la atenta mirada del reputado master distiller Richard Paterson, este single malt de calidad irreprochable alcanza cotas de elevada distinción. Inicialmente añejado en barricas de roble blanco americano que previamente han contenido bourbon –que confiere al whisky sus matices melosos y avainillados–, es después separado en parte para que repose en las mejores botas de vino oloroso de jerez –en este caso Matusalem de las bodegas González Byass–. Cuando ambos licores vuelven a fusionarse el resultado es algo mágico… Único en su aroma a cítricos, chocolate y especias, único en su armonía de sabores a jerez oloroso y vainilla, único en su cuerpo, elegancia y fino acabado a café tostado. Como bien dice Paterson: “The Dalmore 12 ha sido reconocido como un whisky con carácter que va más allá de su edad”.