Puede que pienses que algunas personas tienen una capacidad excelente para administrar y repartir su tiempo, pero esto no es un don innato sino un entrenamiento diario. Puede que te enfrentes a listas infinitas de quehaceres, y que pienses que no tienes suficientes horas en el día para llevar todo a cabo. Pero la verdad es que solo necesitas un poco de práctica, concienciarte y capacidad de realizar estrategias necesarias.

Por ello, también necesitas ser conscientes de los errores que quizás estás cometiendo de forma inconsciente. Puedes corregir estos errores y empezar a ser el dueño de tu tiempo:

Emplear más tiempo del que debes en lugar de delegar tareas

Por supuesto que todos necesitamos sentir que somos buenos en lo que hacemos, y eso requiere horas de esfuerzo. También es cierto que no podemos querer hacerlo todo, simplemente no es sano. Puede que quieras demostrar que eres el único o la única que puede hacer cierto trabajo, y no significa que seas arrogante, es algo que te quieres demostrar a ti mismo. Si quieres mantener la cordura, y administrar tu tiempo para sentir que las 24 horas del día son más que suficientes, tienes que empezar a delegar tareas. Quizás tengas muchas tareas en casa, o en el trabajo, sea donde fuere, es vital que empieces a pensar en las personas que pueden echarte un cable cuando más lo necesitas.

Ser una persona ocupada en lugar de una persona efectiva

A veces puedes sentir que no paras en todo el día, y puede que sientas cierto orgullo a la hora de hablar de ello, pero lo que quizás no estés pensando es hacia dónde está yendo todo tu tiempo. Solemos tener una perspectiva errónea al respecto, y es la siguiente: mientras estemos haciendo algo, da igual de lo que se trate, vamos a pensar que estamos siendo productivos. Bueno, pues esto no es así. Siempre va a ser mejor tomarse el tiempo necesario para reflexionar los logros y las metas que debemos alcanzar en realidad, y lo mismo a la hora de gestionar el tiempo.

Procrastinar las tareas que no te gustan

Todo el mundo ha procrastinado en algún momento de su vida, es un sentimiento universal, evitamos hacer lo que menos nos apetece hacer. Pero si algo es obligatorio, lo único que conseguirás procrastinando es perder tiempo y retrasar lo inevitable. Por ello, coge a la procrastinación por los cuernos y haz esas tareas más arduas en el menor tiempo posible.